La impresión 3D es una tecnología exponencial que ya está cambiando la forma en que la industria fabrica muchos de sus productos. Sin embargo, el ámbito universitario español aún no tiene una oferta formativa suficiente para hacer frente a esta nueva realidad, ni en cantidad ni en calidad. Por eso, la Universidad de Oviedo ha acogido la iniciativa Bee a Doer, que constituye el primer Título Propio Universitario de España en Impresión 3D Creativa y ha sido premiado este año en la V edición del programa Generacción, de Deloitte, Fundación Cotec y Real Academia de Ingeniería.
El curso tiene un año lectivo de duración (230h presenciales) y los alumnos aprenden “todo lo que necesitan de impresión 3D cuando te puedes comprar una impresora casera. Montan, desmontan, aprenden todos los parámetros que se necesitan para saber imprimir bien”, tal y como ha resaltado Ramón Rubio, director del curso, que ahora vive su segunda edición. La metodología también es innovadora y huye de la formación tradicional, “basada en la memoria”.
Este enfoque eminentemente práctico también se nota en que todos los alumnos de Bee a Doer deben presentar un proyecto final, “una idea empresarial”. Se trata de prototipos y muchos de ellos están ya casi a falta de que llegue un inversor “porque han hecho el ciclo completo, de la idea al negocio”. Eso contrasta con los proyectos que habitualmente se exigen en este tipo de cursos ya que, en opinión de Rubio, “suelen ser ideas o desarrollos plasmados en un documento, son papel que queda almacenado”.
En este sentido, ha puesto en valor que se ofrezca una formación “transversal”, que incluye temas relacionados con el emprendimiento. El objetivo “no es que todos sean emprendedores”, pero este enfoque ya está dando sus frutos y, a raíz de la edición inaugural de este curso, se montaron 4 ideas empresariales de las cuales una ya está en marcha. “Sin ser nuestro objetivo crear startups, nos enorgullece ver que hemos sido capaces de que se lo crean”, ha expresado Rubio.
Tecnología multidisciplinar con recorrido
El director de Bee a Doer ha destacado que la impresión 3D es una tecnología que, si bien ya tiene más de 30 años y está muy presente en multitud de empresas e industrias, aún tiene mucho recorrido por delante. “Ofrece una serie de ventajas que le interesa mucho a la industria” y va calando poco a poco. Sin embargo, cree que “es muy complicado cambiar la filosofía de cómo se deben hacer las cosas para imprimir en 3D en lugar de los métodos tradicionales de fabricación”.
A pesar de ello, Rubio considera que esta tecnología cuenta con un gran factor a favor: su carácter multidiscipliar y sus numerosas aplicaciones. Por ejemplo, en los trabajos finales del curso que se acaban de presentar, hay “proyectos de joyería, del sector dental, iluminación, fútbol, mobiliario, sillas, gafas personalizadas…”. Una variedad que también responde a los diferentes perfiles que confluyen en el alumnado, donde hay desde economistas, ingenieros indusriales a personas con formación en Bellas Artes o del sector médico.