Las nuevas tecnologías están influyendo en cómo las empresas y equipos de marketing estructuran y planifican sus campañas. Según datos de IDC Research España, el gasto tecnológico empresarial en nuestro país alcanzará los 59.200 millones de euros el próximo año y el 90% de las empresas ha reconocido que tener una estrategia digital es fundamental. Tanto grandes empresas como pymes apostarán por la digitalización como estrategia para aumentar su competitividad y crecimiento durante los próximos años, y la tecnología es la piedra angular de esta revolución digital empresarial.
Esa apuesta por lo digital se traslada también a los departamentos de marketing de las empresas. Tanto es así, que un reciente informe recoge que el 74% de los directores de marketing son también responsables del uso de los datos y tecnología. Esta transformación no es casualidad. Los datos se han vuelto cada vez más importantes, y las fuentes de donde los obtienen los expertos de marketing se han multiplicado. Las empresas cuentan con más vías de comunicación con el cliente que nunca debido al auge de los consumidores híbridos, que combinan canales físicos y una variedad de canales digitales. En el último año, según el informe State of Marketing de Salesforce, los profesionales del marketing han usado datos de una media de 15 fuentes, un aumento del 25% respecto al año anterior. Por lo que es normal que las empresas hayan dado prioridad a los datos y los quieran utilizar como baza principal en sus estrategias de marketing.
Ante este panorama, la gestión de datos se ha vuelto imprescindible para filtrar, categorizar y calificar la información, ya que el dato por sí solo no puede ofrecer valor a la empresa. Es el análisis del mismo y la capacidad de extraer insights de valor, lo que permite a los equipos de marketing desarrollar estrategias para adelantarse a las necesidades de los clientes y perfeccionar sus campañas y productos. El Big Data es una de esas tecnologías en las que ha habido una mayor inversión en los últimos años y es algo que no sólo continuará en los próximos años, sino que continuará al alza.
La aplicación de Big Data permite a las empresas sacar insights de la información de la que disponen, ayudando a los equipos de marketing a conocer en profundidad a sus clientes, detectando tendencias del mercado, basadas en la recopilación y análisis de datos y pudiendo así modificar en tiempo real sus campañas de marketing, decisiones de inversión e incluso estrategias de negocio que estaban desarrollando. Este conocimiento del cliente también permitirá a las empresas mejorar sus productos y servicios, perfeccionando la experiencia de cliente. Algo esencial teniendo en cuenta que, según un informe, solo el 7% de las marcas piensa que ofrece una experiencia digital que supera las expectativas de los clientes. Adelantarse a las tendencias es también una forma de mejorar la experiencia del cliente, que se siente atendido, valorado y escuchado por la empresa.
La apuesta por el Big Data se plantea como una de las principales soluciones al desafío que supone la integración de datos para las empresas en la actualidad. Su importancia se traslada a todas las áreas de negocio y también a los equipos de marketing, que no solo deben desarrollar planes de capacitación de datos únicos para cada punto de contacto con el cliente, sino que, además, deben saber integrar y unificar datos para que estos se transformen en datos ‘cualificados’ de los que pueden extraer una mayor cantidad de información de mayor fiabilidad.
En el contexto tecnológico en el que vivimos, es imprescindible que las empresas inviertan en tecnologías que les permitan diferenciarse y superar a la competencia a largo plazo. El Big Data, entre otras, puede suponer un punto de inflexión para la empresa, que es capaz de tomar decisiones informadas en todas las patas de su negocio, comprendiendo mejor qué quiere y necesitan sus clientes basándose en el análisis de datos y extrayendo conclusiones de los mismos.