El periodista y corresponsal de la UE para el diario Financial Times desde Bruselas, Javier Espinoza, junto a la investigadora Raquel Jorge, han charlado sobre la conciencia que deberíamos tomar los ciudadanos acerca de nuestros derechos en la era de las tecnologías. Espinoza comenzó el encuentro comentando la importancia de las big tech y de cómo solo dos compañías tecnológicas tienen el monopolio de este sector. Apple y Google son las dos principales compañías que actualmente son las más utilizadas por los ciudadanos y que desde Bruselas se las denomina “Gatekeeper”, es decir: son las que tienen la llave de la industria tecnológica y el poder de imponer sus propias reglas.
"Desde Bruselas se están regulando las big tech a través de dos grandes reformas; se está creando un marco regulatorio ético y justo dentro del mundo digital", valoró Espinoza. La primera reforma, Digital Market Act (DMA), se ha creado con el objetivo de abrir el mercado digital queriendo que exista más competencias entre otras empresas que no sean solo Apple y Google. La otra es Digital Services Law (DSL), que ha nacido con el objetivo de legislar la responsabilidad de estas grandes empresas acerca de las prácticas ilegales, como la gestión de los datos de los usuarios, la privacidad, el acceso a los algoritmos de las plataformas o el refuerzo de la protección de los menores.
Ambas regulaciones quieren ayudar a introducir los valores éticos dentro de la tecnología a la vez que hacer conciencia entre los usuarios sobre los derechos y la capacidad de acción en estos servicios digitales para evitar que tengan poder sobre nosotros. Espinoza, resaltó que "existe una batalla entre los reguladores que quieren abrir la competencia". Desde Bruselas solo pueden regular las leyes como el contenido legal en línea, ya que, a fin de cuentas, son servidores públicos oficiales que no tienen el poder que tiene Google para contratar decenas de abogados que ganan mucho dinero y que tienen mucha más capacidad de poder".
Aunque la pelota no está solo en el tejado de Europa. Raquel Jorge planteó durante la conversación con el periodista por qué no se habla tanto de las empresas chinas y cual es la estrategia que tienen estas. "Ahora mismo no tienen el mismo reconocimiento que las empresas estadounidenses", respondió Espinoza, pero cree que con el tiempo obtendrán un poder mayor, ya que "todo está enfocado en la política y en la guerra geopolítica que existe entre estos dos países a nivel tecnológico".
Tanto Jorge como Espinoza llegaron a la conclusión de que el espacio europeo de datos está siendo bastante más claro con lo que no quiere de las grandes empresas estadounidenses, mientras que, por otro lado, con las empresas chinas, con quienes empezaron a tener relación hace poco con la intención de no aumentar la tensión en el marco internacional, tienen clara la ley de protección de datos de sus usuarios.
Según Espinoza, la responsabilidad política de las BigTech "tiene que ser regulada" y por esta razón nació regulación de la DSA, para poder controlar qué tipo de información es considerada legal e ilegal. "Pero es cierto que hay veces que hay casos extremos en los que se tienen que tomar medidas excepcionales en cuestión de seguridad y para eso es necesario tomar medidas con los CEO, que son actores geopolíticos porque tienen tanto incentivo como los representantes de los países, y a Bruselas les afecta directamente por sus modelos de negocios".
Desde su punto de vista, la medida que debe tomar la DSA es importante para que no se vaya de las manos las situaciones políticas que ocurren en los países, ya que van de la mano de las grandes tecnologías, que son dueñas de muchas aplicaciones consideradas incluso medios de comunicación. "En contextos extremos hay que tomar decisiones difíciles", considera Espinoza, al igual que las regulaciones hagan que haya un sistema más organizado con protocolos establecidos.