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BioDriven: los plásticos más respetuosos con el medio ambiente llegan al mercado de la mano de científicos del CSIC

Auxiliadora Prieto es una de las fundadoras de la spin-off, cuya propuesta ha sido seleccionada por el Programa COMTE-Innovación, de Fundación General CSIC
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Cada día son producidos 1.000 millones de kilos de plástico en todo el mundo. El 70 % del plástico acaba en la naturaleza y tarda cientos de años en desaparecer. Investigadores del CSIC, expertos desde hace más de tres décadas en el desarrollo de tecnologías de ingeniería metabólica y química de bioprocesos, quieren darle la vuelta a esta situación. Por ello han puesto en marcha BioDriven Technologies. La spin-off nace en el momento oportuno. La normativa, al menos en el marco europeo, es cada vez más restrictiva con los materiales que han de emplear los fabricantes de plástico en aras de una mayor sostenibilidad y respeto medioambiental, con la economía circular como eje trasversal de estos procesos.

Una de las científicas fundadoras de BioDriven es Auxiliadora Prieto. “El gran valor del proyecto es la dilatada experiencia del equipo. Ahora pretendemos trasladar todo ese conocimiento en biotecnología microbiana a tecnología real y llegar al mercado”, explica en una entrevista con Innovaspain.

Un proceso complejo

Su propuesta pretende cubrir toda la cadena de valor de los nuevos materiales plásticos. En el laboratorio, formulan materiales biobasados utilizando residuos orgánicos y polímeros naturales. Después, incorporan bioplásticos como el PHA, creados por microorganismos y bacterias de forma natural. A partir de ahí, utilizan esta tecnología en el diseño de materiales biodegradables y/o compostables. Concluido el proceso, prototipan y certifican sus materiales. De este modo, pueden utilizarse por los fabricantes de plástico en múltiples industrias.

Prieto asegura que en este momento la demanda de estas formulaciones de materiales biobasados, sustitutivos de los plásticos convencionales, es mayor que la capacidad de producción. La oportunidad es, a la vez, un cuello de botella al que se enfrenta BioDriven, pero del que la spin-off espera salir airosa. Mientras captan inversión, han tejido una red de colaboradores gracias a los que accederán a determinadas infraestructuras que facilitarán la industrialización y el escalado de sus materiales. En este sentido, la empresa se benefició del Programa DINAMIZA, del CSIC, dirigido a activar el emprendimiento científico.

Otros apoyos claves

BioDriven es además una de las iniciativas seleccionadas por el programa COMTE-Innovación, de Fundación General CSIC. “Es como si nos hubiera tocado la lotería”, admite Auxiliadora Prieto. “Se ocupan de todo aquello que, como personal científico, nos cuesta controlar. Cierran el gap entre el laboratorio y la empresa, ya que nos ayudan a perfilar el modelo de negocio y a salir al mercado con garantías”.

La investigadora y cofundadora de BioDriven, Auxiliadora Prieto.

BioDriven no es la primera empresa que fundan los integrantes del proyecto, cuya vocación científica está enriquecida con voluntad emprendedora. Para Prieto, “después de 30 años estudiando los plásticos biobasados”, ha llegado la hora de que todo lo que sabe sea traducido en un beneficio para la sociedad. “No olvidemos que en el CSIC somos funcionarios. Los ciudadanos tienen derecho a beneficiarse de aquello que pagan con sus impuestos”.

Rigor y sostenibilidad

La investigadora vuelve a la nueva normativa relacionada con los Plásticos de un solo uso, que abre las puertas de par en par a BioDriven. A día de hoy, las urgencias para cumplir el apartado legal llevan a que no esté del todo claro el impacto final de las nuevas formulaciones. Por ejemplo, un plástico biobasado puede complementarse con aditivos que sí son tóxicos para el medio ambiente. “Las propiedades del nuevo material seguramente sean muy buenas, pero no sabemos su impacto real en la naturaleza”.

Esto no sucede en BioDriven, ya que, según Prieto, la “gran fuerza” de la joven spin-off reside en que trabajan desde el principio, a partir del mismo desarrollo de la formulación, pensando en que el futuro material tenga buenas propiedades, “pero con la bandera de lograr un nulo impacto ambiental, aditivos incluidos, que han de ser respetuosos con el medio ambiente y con la normativa actual”. En su objetivo utilizan recursos renovables que se ajustan a los conceptos de la economía circular. Estas mezclas de alto valor esconden el gran secreto de BioDriven. “Cuando nuestros materiales llegan al mercado lo hacen avalados por la solvencia y el rigor científico del CSIC, un sello de máxima confianza”.

Escalar

En esta primera fase, BioDriven proporciona al fabricante de plásticos el material en bruto, conocido como pellets o granza, para que lo pueda utilizar en distintas metodologías de fabricación: extrusión, inyección por moldeo, impresión 3D… El resultado final puede terminar en distintos sectores, desde la industria alimentaria hasta la moda o la cosmética. Más a largo plazo pretenden sumar capacidades, como el diseño inicial a demanda motivada para solventar una necesidad específica hasta ayudar a escalar un desarrollo concreto.

Una vez desarrolladas las primeras formulaciones y materiales ‘made in BioDriven’, la empresa quiere entrar en una segunda etapa. “Suministrar los productos a los fabricantes en las cantidades adecuadas necesita inversión”. Si la captación de fondos resulta fructífera, confían en que, a finales de 2024, el material esté siendo producido a buen ritmo.

“Estudié Farmacia porque entonces no existía la carrera de Biotecnología”. Apasionada de la química, la biología “y por el funcionamiento de las cosas”, desde los 15 años supo que quería ser científica “y contribuir a aplicar la ciencia en el día a día”. Hoy, Prieto recomendaría a cualquier estudiante con dudas sobre su futuro profesional que se decantara por la Biotecnología. “Si realmente queremos conseguir un planeta más sostenible, tenemos que trabajar emulando a la naturaleza; aprender de ella y de su tecnología particular, y llevarla a nuestras vidas”.

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