Mejorar la regeneración de las lesiones osteocondrales, que afectan principalmente a las articulaciones de la rodilla y de la parte inferior del tobillo, es el objetivo de un proyecto español de colaboración público-privada que, durante los próximos 3 años, desarrollarán un total de 5 entidades. El proyecto tiene un presupuesto cercano a los 700.000 euros y en él participan las empresas Bioibérica y REGEMAT3D, así como el CSIC, la Universidad de Granada y el CIBER-BBN.
Los investigadores desarrollarán y fabricarán, con sistemas de bioimpresión 3D, piezas malladas tridimensionales o andamiajes, que serán alimentadas con células que posibilitan la generación de tejidos in vitro para regenerar lesiones. De esta forma, el fin último es el desarrollo de nuevas biotintas que puedan implantarse en huesos y cartílagos.
Patricia Gálvez, una de las investigadoras del proyecto, ha explicado que “la bioimpresión de tejidos está generando mucha expectación tanto en el ámbito académico como en el industrial. Además, la alta prevalencia de las lesiones articulares hace que sean muy interesantes como primera aplicación de la bioimpresión, con vistas a su uso en la práctica clínica”.
Se trata de un proyecto pionero a nivel mundial, que empleará un novedoso sistema de dispositivos para la bioimpresión que permite bioimprimir piezas malladas tridimensionales cargadas con diversos tipos de células (condrocitos y células troncales mesenquimales) para la regeneración de cartílago. Esta tipología de tejido presenta una serie de ventajas frente a otras por su relativa simplicidad, y porque no exige realizar un cultivo previamente.
Aplicación clínica como horizonte
La idea de las entidades involucradas en esta investigación es lograr la aplicación clínica de estos sistemas de bioimpresión y biotintas. No obstante, para que esta tecnología pueda ser utilizada en la clínica con garantías de éxito, antes será necesario aplicar mejoras desde el punto de vista científico. Por ejemplo, es necesario desarrollar nuevos biomateriales, imprimibles y con parámetros controlables, para las piezas malladas que imiten a los materiales biológicos con propiedades mecánicas y químicas similares.
Además, también se necesita el acceso a una fuente de células bien caracterizada y reproducible para alimentar estas piezas que puedan ser obtenidas en grandes cantidades para poder reparar áreas amplias de tejido. Y, por último, hay que poner a punto los procesos de tratamiento celular y el desarrollo de nuevas biotintas, así como adaptar el sistema de bioimpresión a los mismos.