Un estudio liderado por investigadores del IIB Sant Pau y del IMIM, así como del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), demuestra la predicción de un evento cardiovascular agudo (angina de pecho e infarto agudo de miocardio) con una antelación de 10 años. ¿Y cómo se consigue? Gracias al hallazgo de un nuevo biomarcador (parámetro de la sangre): el receptor sLRP1.
“Por cada incremento en una unidad del sLRP1 el riesgo de presentar enfermedad aumenta un 40 % y es independiente de otros factores de riesgo, como el colesterol, el tabaquismo, la hipertension arterial y la diabetes”, afirma Vicenta Llorente, investigadora del CIBERCV en el IIB Sant Pau, quien ha liderado el estudio junto al doctor David de Gonzalo. Roberto Elosua y Jaume Marrugat completan el grupo de científicos.
El sLRP1 es un biomarcador que juega un importante papel en el inicio y en la progresión de la aterosclerosis, que es el mecanismo que explica las enfermedades más graves del corazón. Estudios previos del grupo de investigación en Lípidos y Patología Cardiovascular del IIB-Sant Pau ya habían indicado que el sLRP1 se asociaba con una aceleración del proceso de la aterosclerosis, con un mayor acúmulo de colesterol e inflamación en la pared de las arterias, pero esta es la primera evidencia que indica que también predice la aparición de acontecimientos clínicos como el infarto de miocardio.
Como apunta la doctora Llorente Cortés, “este descubrimiento confirma la relevancia y aplicabilidad del sLRP1 en la práctica clínica para predecir con mucha antelación el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular en personas que actualmente no presentan ningún síntoma”.
Según explica la investigadora en declaraciones a Innovaspain, su grupo lleva trabajando en los mecanismos patológicos relacionados con la actividad y señalización del receptor LRP1 desde hace mas de quince años.
“Los estudios previos de nuestro grupo en cultivos celulares, modelos in vivo y pacientes avalan la relevancia de este receptor en la acumulación descontrolada y masiva de colesterol en la pared vascular y el miocardio, y apuntan al receptor LRP1 como potencial diana terapéutica en el control de arteriosclerosis, cardiomiopatía diabética e isquémica”, añade.
“Esta linea de investigación forma parte de la base y el futuro de nuestro grupo –continúa–. Nuestras lineas están relacionadas con encontrar nuevos biomarcadores circulantes con valor pronóstico y diagnóstico en enfermedad cardiovascular y en encontrar nuevas herramientas terapéuticas en base al receptor LRP1”.
En la actualidad trabajan en el desarrollo de péptidos y anticuerpos capaces de modular los niveles de expresión y la actividad de este receptor sin alterar sus funciones esenciales.