Incluso los residuos orgánicos son susceptibles de tener una segunda vida, por ejemplo, como pesticidas de carácter biológico. Esta es la reconversión que lleva a cabo el biorreactor que acaba de ser instalado de forma experimental en la Planta de Tratamiento de Granollers, dentro del proyecto europeo DECISIVE en el que participa la Universitat Autònoma de Barcelon (UAB).
“Se cogen residuos que proceden de la digestión anaeróbica de los residuos orgánicos y, a partir de ese material, con ayuda de ciertos microrganismos, se consigue un material que tiene efecto biopesticida para poder sustituir los productos químicos y evitar los problemas que pueden provocar a nivel ambiental”, afirma Antoni Sánchez, investigador principal de la UAB en el citado programa comunitario.
El residuo utilizado tiene que ser “de buena calidad”, es decir, puede provenir de contenedor (sin tratamiento previo), pero en ese caso tiene que tener “una pureza elevada” o, dicho de otro modo, “que la recogida selectiva se haya hecho correctamente”, apunta Sánchez en declaraciones a Innovaspain.
De Barcelona a Lyon
La UAB y Aeris –spinoff de la misma universidad– son las responsables del diseño, puesta en marcha y operación del proceso de fermentación en estado sólido para la producción de biopesticidas. Ambas llegaron a un acuerdo con el Consorci per a la Gestió dels Residus del Vallès Oriental para instalar la planta piloto en la Planta de Tratamiento de la Fracción Orgánica de Residuos Municipales de Granollers.
La planta ha comenzado a operar esta semana, tras una fase de puesta en marcha a cargo de la investigadora Laura Mejias, que realiza un doctorado industrial bajo la supervisión tanto del grupo de investigación en compostaje de la UAB como del equipo de Aeris. Tras unos primeros fallos a nivel electrónico, pero actualmente ya realizan el seguimiento de lo que sería un proceso normal “y en breve tendremos los primeros datos para poder compararlo con las experiencias que tenemos a escala laboratorio”, afirma Antoni Sánchez. Tras la puesta en marcha se entrará en una fase de producción, ya que dentro del proyecto europeo existe otro grupo que se encargará de probar estos biopesticidas y analizar el efecto que tienen sobre ciertas plagas
La planta piloto estará en funcionamiento durante 6 meses en Barcelona y luego se trasladará a Lyon (Francia), con el fin de probar las diferencias y similitudes de proyectos y tecnologías similares en diferentes lugares de Europa. Como explica el profesor de la UAB, “el residuo que se produzca en Lyon no es el mismo que se genera en Barcelona”, ya que cada uno tiene sus particularidades según los hábitos de consumo (más verdura, presencia de productos cárnicos, etc.).
Dos tecnologías posibles
El proyecto DECISIVE está compuesto por un consorcio multidisciplinario enfocado en el diseño e implementación de sistemas innovadores de gestión de residuos y en especial a la gestión de la fracción orgánica de los residuos municipales (FORM). Está coordinado por el Institut national de Recherche en Sciences et Technologies pour l'Environnement et l'Agriculture (IRSTEA) de Francia y tiene como socios al grupo de investigación en compostaje GICOM de la UAB, y a la empresa catalana Aeris Tecnologías Ambientales.
El objetivo de la investigación es desarrollar un sistema descentralizado de gestión de la fracción orgánica de los residuos municipales (FORM), promoviendo un sistema de gestión local donde sea posible la generación de productos de interés para la agricultura ecológica.
En este contexto, el proyecto considera dos tecnologías: la micro digestión anaeróbica y la fermentación en estado sólido. Como producto de la digestión de estos residuos, se generará una fracción sólida denominada digestato, que se valorizará a través de un proceso de fermentación en estado sólido para la producción de biopesticidas con uso potencial en agricultura ecológica.