Las lesiones y enfermedades inducidas por fármacos son un problema de salud poco conocido, aunque su incidencia es significativa. Además, actualmente el diagnóstico precoz de estas situaciones es inexistente y cuando se presentan, la mayoría de las veces en forma de insuficiencia renal o hepática, pueden confundirse con otras dolencias. Para solucionar esta situación, Paperdrop Diagnostics, una spinoff del Parc de Recerca, centro de investigación adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona, trabaja en el desarrollo de un dispositivo de bajo coste y fácil de usar para identificar estas lesiones.
En concreto, este sistema se sirve de biosensores capaces de detectar con gran precisión algunos biomarcadores relacionados con el daño hepático y el daño renal, en diferentes localizaciones y estadios. “Esto, junto con un historial de polimedicación o estar siguiendo una pauta terapéutica estricta, como un ensayo clínico, permite establecer de forma fehaciente y precoz que se esté dañando algunos de estos órganos diana” ha indicado Marc Gallegos, impulsor de Paperdrop Diagnostics. De esta forma, “se puede intervenir a tiempo con la acción o corrección clínica correspondiente al relacionarlos o no, con el fármaco o elemento terapéutico. Por ello, esta herramienta clínica actúa como un elemento diagnóstico y de ayuda a la toma de decisiones”.
Gracias a un sensor de papel, el dispositivo tan sólo necesita una gota de sangre del paciente para analizar de forma no invasiva distintos parámetros en varios órganos diana al mismo tiempo. Según ha indicado Gallegos, “en esencia, es como “usar un test de embarazo, pero en vez de orina haría falta una gota de sangre”. Una herramienta de bajo coste y fácil uso, recomendable para el sistema de salud de países como España, donde “el coste/eficacia y el ahorro por prevención cada vez toma más peso en las decisiones sobre las tecnologías sanitarias a implementar”.
De momento faltan unos 4 años para poder comercializar el producto pero Gallegos ha adelantado que, en una primera etapa, “el test está pensado para un uso por prescripción facultativa, ya sea utilizada como herramienta en la consulta por el profesional sanitario o por indicación de éste en el ámbito domiciliario”.
Un problema de salud latente
Por el momento, en opinión de Marc Gallegos, el daño inducido por fármacos es en estos momentos “un problema de salud pública latente y una necesidad clínica no cubierta que a menudo puede causar complicaciones graves e incluso la muerte debido a insuficiencia hepática y renal mayormente”. El principal problema, ha incidido, es que muchas veces “se diagnostica tarde o no es diagnosticada por un largo periodo de tiempo y conlleva una elevada comorbilidad y una baja calidad de vida de los pacientes”. Las causas principales son que estas dolencias suelen conllevar unos síntomas inespecíficos que pueden “achacar a la variedad de dolencias que carga el paciente” y que no hay herramientas para cubrir y evaluar de forma sistémica y global el daño inducido por fármacos.
En este sentido, el impulsor de Paperdrop Diagnostics ha enfatizado que actualmente, “personas de avanzada edad y con varias dolencias tienen la necesidad de tomar más de 6 fármacos de forma habitual o crónica”. Es decir, se trata de personas polimedicadas, que en España representan el 40% de la población mayor de 65 años. Y su consumo continuado de este alto número de medicamentos conlleva un “elevado riesgo de provocar efectos tóxicos con las mezclas de principios activos de la medicación”.
De hecho, Gallegos ha declarado que, según diversos estudios, “el 48,2% de los efectos adversos ligados a la asistencia sanitaria están causados por la medicación”. Una cifra que ha impulsado el desarrollo de “grandes iniciativas y consorcios público-privados para la obtención de nuevos biomarcadores que faciliten la evaluación del daño inducido por fármacos”.