Los científicos de Repsol están trabajando en nuevas técnicas para sintetizar moléculas con propiedades energéticas mejoradas. Esto significa que, para mejorar la producción de un yacimiento, hace falta buscar aquellos microorganismos que sean capaces de optimizar todo lo que ofrece el petróleo. Y la mejor forma para hacerlo es la biotecnología, con la que ya han creado plásticos biodegradables, nuevos biocombustibles o procesos naturales por los que se absorbe la luz (imitando a la fotosíntesis).
Ya no sirve con extraer, preparar y vender. El petróleo, al ser una energía no renovable, necesita de una manipulación que abra nuevas posibilidades a una industria finita. Como explica María del Mar González, investigadora del área de biotecnología del Centro de Tecnología de Repsol, “el diseño, la síntesis y la manipulación del ADN y el desarrollo de la biología computacional permiten hablar hoy de una biología avanzada que abre nuevas posibilidades en ámbitos como el energético”.
Esta vez, la biotecnología no trata temas de medicina sino que utilizan las reacciones biológicas de los elementos relacionados con el petróleo para tener procesos en condiciones “más suaves y con menor incidencia en el medio ambiente”, asegura. Apunta, además, que “las reacciones biológicas son muy selectivas, lo que permite obtener moléculas únicas con las propiedades que nosotros deseamos”.
La biotecnología de Repsol, a su vez, une los conceptos de la bioinformática y de la robótica para cumplir sus objetivos. Un ejemplo en cuanto la bioinformática sería la utilización de la simulación y el modelo tridimensional para “seleccionar enzimas con posibilidades industriales y estudiar cómo modificarlas”. Es como una herramienta estratégica que, a través de múltiples variables, acorta los procesos de investigación y ahorran miles de euros en pruebas de ensayo-error. Por otro lado, la robótica se usa una vez que se han llevado a cabo los procesos de bioinformática. Estos “robots investigadores”, denominados por los científicos de Repsol como Marilyn y Jack, automatizan los ensayos para multiplicar la capacidad de las pruebas del laboratorio repitiendo una y otra vez los experimentos “con gran precisión”. Así realizan 10.000 ensayos por semana, “trabajando las 24 horas del día de manera coordinada, hasta encontrar la mejor elección”.
De momento, las nuevas innovaciones de Repsol no son capaces de producir moléculas a medida, pero “en un futuro muy cercano”, serán capaces de sintetizarlas para diseñar nuevos componentes que no son posibles de realizarse con los productos químicos tradicionales.