Recuperar tierras marginales a base de plantas aromáticas

El proyecto Biovalor pretende apostar por la bioeconomía y tener una gestión forestal sostenible con aceites esenciales, extractos y otros subproductos
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El proyecto Biovalor informó recientemente que la recolección mecanizada no afecta negativamente a los rendimientos de destilación de la biomasa forestal y que, además, algunas plantaciones de aromáticas rebrotan perfectamente. Pero ¿qué es Biovalor? ¿Por qué plantas aromáticas?

Esta iniciativa pretende impulsar la bioeconomía a través del desarrollo de nuevas cadenas de valor en torno a una gestión forestal sostenible y al cultivo de especies aromáticas autóctonas en tierras marginales para la producción de aceites esenciales, extractos y subproductos de alto valor añadido. Y ahora, están mostrando el resultado de sus investigaciones para ver cómo les está yendo en sus cultivos, en su recolección de biomasa y en su producción de plantas aromáticas.

Biovalor cuenta con soluciones tecnológicas, como la digitalización de cultivos y la recolección mecanizada —justo la que acaban de demostrar como idónea—, que permiten la modernización del sector y una gestión sostenible frente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Su radio de actuación está en el núcleo de la Serranía Celtibérica, en un área con una densidad de población media inferior a 10 habitantes por kilómetro cuadrado, donde busca impulsar el sector agroforestal para convertirlo en un pilar de la economía rural.

Coordinado por Ceder-Ciemat —y con la colaboración del Ministerio de Ciencia e Innovación y el Ministerio de Agricultura—, tiene por socios a Cesefor, del mundo forestal; Cita, un centro tecnológico agrícola de Aragón; Asfoso, como asociación forestal de Soria, y además UPA como representante de los sindicatos agrarios más relevantes.

Tres tipos de plantas aromáticas

Lo que se está poniendo son tres especies de aromáticas: una es la Lavandula luisieri, una lavanda que está generando un producto interesante para el mercado, el tomillo Thymus masticina y el enebro común, que es Juniperos comunis. Estas tres especies forman parte del cultivo intercalar, que es una de las experiencias innovadoras dentro del proyecto Biovalor. 

Los resultados que esperan encontrar son, primero, ver el funcionamiento de este tipo de cultivo intercalar en el sentido de biodiversidad. «Por ejemplo, vamos a monitorizar la biodiversidad del cultivo en varias zonas de monitoreo dentro del cultivo y ver qué tipo de biodiversidad atrae en comparación con otras zonas donde hay cultivos clásicos, como por ejemplo el cereal de secano», explica Luis Saúl Esteban, del Ceder.

«Las características que tienen estas plantas son su alta rusticidad, su suelo limpio y que no tiene competencia de otras especies. Entonces hemos comprado también con fondos del proyecto una vinadora, que es una especie de cultivador rotativo y para pasarlo entre calles y entre líneas».

Por su parte, Raquel Ramos, también del Ceder, explica que Biovalor rrata sobre la gestión forestal sostenible y la implantación de nuevos cultivos alternativos en tierras marginales de plantas aromáticas medicinales. 

«Ambas cosas, en el sector agroforestal nos permiten avanzar en bioeconomía con la obtención de bioproductos de alto valor añadido, con la dinamización de cadenas de valor y de empleo verde para este sector y para lugares del reto demográfico, tanto como la serranía celtibérica, situado entre Soria, Teruel, Zaragoza y Cuenca, una zona de muy baja población».

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