La innovación tecnológica ha traído consigo nuevos conceptos imprescindibles para entender la revolución que vive el universo financiero: criptomonedas, bitcoin, blockchain, ligthning… Para estar al tanto de las nuevas tendencias, Banco Santander explica esta terminología, cómo funcionan estos productos y cuántas opciones existen en el mercado.
La tradicional concepción del dinero está cambiando a pasos de gigante. Por eso, es importante diferenciar entre el dinero electrónico y el dinero digital. A pesar de que ambos forman parte del mundo online y guardan algunas similitudes, también ofrecen grandes diferencias. En el primer caso, se trata de billetes y monedas almacenadas de manera virtual en cualquier soporte electrónico (tarjetas, teléfono, ordenador…) y cuya principal función es ser usado como medio de pago. Por tanto, es la versión electrónica de lo que tenemos en la cuenta. Para ello es necesaria la intermediación de agentes financieros que cubren los riesgos crediticios.
Por su parte, el dinero digital sólo existe en este formato. No hay papeles físicos ni monedas, aunque también se puede utilizar para comprar en internet o realizar transacciones. Banco Santander pone el ejemplo del proyecto de euro digital del Banco Central Europeo (BCE) “que sería un equivalente electrónico al efectivo. Es decir, no reemplazaría al euro, sino que funcionaría de manera paralela. El BCE quiere responder así al incremento de los pagos digitales por parte de los consumidores y a la necesidad de que estos sean tan seguros, fáciles de usar y fiables como el efectivo”.
Las criptomonedas, entre ellas el bitcoin, son un activo digital que emplea un cifrado criptográfico. Como señalan los expertos de la entidad, se trata de una técnica moderna que garantiza ciertos aspectos sobre la seguridad de la información usando códigos, es decir, proporciona herramientas para detectar falsificaciones o manipulaciones de los contenidos. La firma digital es un mecanismo que permite al receptor de cualquier mensaje firmado digitalmente determinar a las entidades que emiten esos mensajes confirmar que no han sido alterados posteriormente a la firma. Sirve, en definitiva, para garantizar su titularidad, asegurar la integridad de las transacciones, y controlar la creación de unidades adicionales. Estas monedas no existen de forma física, sino que se almacenan en una cartera digital.
Las transferencias de bitcoin funcionan de la siguiente forma: si la persona A quiere enviar un bitcoin a la persona B, A debe transmitir esta petición al sistema en una acción que será similar a cómo se envían transferencias en los bancos de forma tradicional. Una vez la red recibe esa orden, esta pasa a formar parte de un bloque (un bloque de información). La red confirmará la firma de la transacción (esto significa que A realmente ha ordenado la transacción usando su Clave Privada A) y que A posee el bitcoin que quiere enviar a B. Una vez los nodos verifican dicha información, el bloque de información se incorpora a la cadena, la transferencia queda registrada y el dinero se mueve de una cuenta a la otra.
El blockchain es una forma de almacenar información de forma descentralizada y segura. Esta información está guardada en bloques que se van añadiendo a la red (o base de datos) a medida que se genera dicha información. La información puede ser desde transacciones en una criptomoneda (como es el caso de bitcoin), hasta smart contracts (como sucede con ethereum) o cualquier otro tipo de información.
En la actualidad hay combinaciones de todo tipo en base al tamaño del bloque y la cadencia de adhesión de los nuevos bloques. Por ejemplo, en el blockchainde bitcoin, el bloque tiene habitualmente un tamaño de dos megabytes(2 MB), aunque puede oscilar entre 1 MB y 4 MB, y está diseñado de manera que se tarda 10 minutos en incorporar un bloque a la red. Es como esperar diez minutos en el cajero de una cafetería para confirmar la compra de un café.
La creciente popularidad de las redes blockchain y el número de transacciones crece de forma exponencial, lo que supone un incremento de la demanda por tener espacio en cada bloque, aumentando los costes de transacciones. Este problema hace inviable el uso del blockchain de bitcoin para micropagos, por tiempo y coste.
Estas restricciones, apunta el banco cántabro, derivan en que la red de bitcoin tiene una baja escalabilidad, aunque la rapidez de los pagos bajo este sistema empieza a ver solución a través de las redes lightning. Estas redeshan nacido como una solución a un problema que no solo afecta a la red de bitcoin (la escalabilidad), sino a otras criptodivisas y llega, incluso, a plantear la posibilidad de agilizar y abaratar los pagos en divisas fiat (forma de dinero fiduciario cuya cualidad de dinero proviene de su declaración por parte del Estado como tal). Un ejemplo de divisas fiat serían el dólar estadounidense, el euro o el yen.
Bitcoin solo sería capaz de ejecutar entre cinco y siete transacciones por segundo, mientras que, en ese mismo periodo de tiempo, VISA puede ejecutar más de 20.000. La tecnología Lightning Network es un protocolo de pago y comunicación de capa 2 construido sobre la cadena de bloques de blockchain de bitcoin. Es decir, Lightning es una red descentralizada para micropagos instantáneos y de alto volumen de transacciones que permitiría al usuario realizar operaciones al momento y con comisiones muy bajas. La solución permite que las transacciones se procesen fuera de la cadena, quitando carga a la red principal y mejorando la escalabilidad de la red.
En el caso de la red Lightning, como explica el Santander, los pagos en esta red no requieren confirmaciones de bloque y son instantáneos. Además, permite pagos de cuantías pequeñas, con comisiones mucho más bajas que mediante el método de validación en la blockchain. Otra de las grandes ventajas es su escalabilidad: es capaz de soportar millones de transacciones por segundo. Y, además, elimina el riesgo de delegar la custodia de los fondos a terceros.