Año 2020. Isabel García, Adrià Roca y Gerard Pinar, fundadores de Bleta, estaban inmersos en el proyecto Eways, que alargaba la vida útil de los dispositivos electrónicos. El vuelo de regreso procedente de Australia, donde habían presentado su idea, hace escala en Singapur y son testigos de los primeros efectos de la pandemia, que confirman a su llegada a Barcelona. “Quisimos poner nuestro granito de arena para ayudar en lo que fuera posible”, explica a Innovaspain Isabel García, al recordar cómo desde el primer día tuvieron claro que el inmenso ‘parque’ de dispositivos electrónicos en desuso podía servir para poner en contacto a las personas aisladas con sus seres queridos.
Así nació la campaña “Acércales”. “Se hizo más y más grande al sumarse donaciones de particulares y empresas”. En apenas un mes donaron más de 650 dispositivos, en su mayoría tablets, a residencias y hospitales. “Cuando pedimos algo de feedback al personal sobre cómo se desenvolvían los usuarios, la respuesta más común era que la tablet resultaba muy útil, ya que podían ver en una pantalla relativamente grande a sus seres queridos, entretenerse e incluso entrenarse a nivel cognitivo. Sin embargo, la inmensa mayoría de los residentes o pacientes no sabían utilizarla solos. Siempre necesitaban la ayuda de un trabajador social o acompañante. El uso del dispositivo estaba muy limitado”.
El principio
García y su equipo buscaron sin éxito soluciones a esta problemática que ya estuvieran disponibles. “Para ofrecer una respuesta ágil, y todavía sin la voluntad de darle forma de proyecto, desarrollamos un pequeño prototipo de tablet más fácil de usar, con iconos y tipografía de mayor tamaño, y varias aplicaciones adaptadas”. La respuesta al otro lado fue espectacular. La cofundadora de Bleta lo vio de cerca cuando le entregó una de estas tablets a su abuela y comprobó cómo el uso de la tecnología empezó a impactar muy positivamente en su día a día. La brecha se cerraba de golpe.
“Vino a nosotros una necesidad de mercado enorme”, añade la emprendedora. “Supimos que éramos el equipo ideal para llevar esta idea a la realidad. Somos ingenieros enamorados de la tecnología y no queremos dejar a nadie atrás. Así nació Bleta. A diferencia de la mayor parte de la competencia, queremos usar los beneficios de las nuevas tecnologías, como la IA, para facilitar y garantizar que todos los usuarios puedan usar cualquier dispositivo sin fricción. Da igual su nivel de habilidades digitales o el deterioro físico o cognitivo”.
Isabel García asegura que Bleta “empodera al usuario”, ya que permite usar cualquier aplicación existente, como Instagram o Whatsapp, a la vez que logra una experiencia más intuitiva. “Estos años trabajando codo con codo con tantos usuarios nos han convertido en expertos en tecnología inclusiva, sobre todo dirigida a personas mayores. Conocemos sus dificultades más habituales y las mejores soluciones para favorecer que interaccionen con la tecnología. Nuestra misión es actuar como la pieza que une todos estos acelerados avances con las personas que poseen menos habilidades digitales”.
Una opción completa
La tablet de Bleta puede adquirirse a través de la página web de la compañía (aquí) y en algunos puntos de venta físicos, por 299 euros. El equipo de la empresa ha seleccionado una serie de aplicaciones de especial utilidad, como Whatsapp, hasta juegos que estimulan la mente o herramientas que recuerdan la toma de medicamentos. La tablet llega al hogar ya configurada (aunque es posible descargar cualquier aplicación del catálogo de Google Play), lista para ser utilizada, dispone de conexión WiFi e incluye una ranura para introducir una tarjeta SIM y poder así realizar llamadas y navegar por Internet desde cualquier lugar. Bleta ofrece la opción de contratar un servicio integral sin permanencia, que incluye conexión a internet, llamadas telefónicas ilimitadas, asistencia telefónica, cuenta de Google o juegos sin publicidad.
Además de la tablet, Bleta ha lanzado una aplicación gratuita en Google Play -acumula más de 70.000 descargas en más de 20 países- para teléfonos móviles que, de manera automática, adapta el dispositivo para facilitar su uso entre los mayores. “En 2025, la app ‘Bleta móvil fácil’ seguirá sorprendiendo gracias a nuevas funcionalidades avanzadas, siempre muy intuitivas. Pretendemos llegar al medio millón de descargas el año próximo”, avanza Isabel García.
Por otro lado, Bleta ha empezado a trabajar con distintos ayuntamientos, como los de L'Hospitalet de Llobregat o Sant Boi, “para poner a disposición de todos los ciudadanos la tecnología y reducir la brecha digital”. La compañía colabora además con entidades que pretenden facilitar los trámites digitales y la conexión con sus usuarios. “Hablamos de aseguradoras, banca, servicios de cuidados a domicilio… Vemos un gran potencial en la integración de servicios básicos en Bleta para posibilitar algo esencial: la inclusión de todas las personas en el mundo digital”.
Los prejuicios
Bleta está detrás de la campaña "La ventaja de hacerse mayor", que ha conseguido más de 400.000 visualizaciones en redes sociales y cuyo objetivo es reivindicar un envejecimiento más activo. Existen numerosos prejuicios respecto a las generaciones silver. Uno de los que más nos sorprende en Bleta es cómo se ha invertido el papel de los más mayores en la sociedad. No hace tanto, eran los referentes, aquellos a los que pedíamos consejo porque la experiencia les aportaba una sabiduría de la que aprender. Para nosotros, eso no ha cambiado, pero la tecnología y nuestro ritmo de vida parece estar haciendo estragos en esta visión”.
García añade que es un error infravalorar los beneficios –“confirmados por múltiples estudios científicos”- de estar en contacto recurrente con estas personas. “Nos somos conscientes del daño que provoca dejar su punto de vista al margen”.
Otro fallo habitual es, a su juicio, es subestimar a los mayores como consumidores. “En realidad son los que tiene más poder adquisitivo. Están dispuestos a invertir en soluciones que mejoren su calidad de vida. La percepción común es que el envejecimiento provoca pérdida de proactividad por aprender, relacionarse o disfrutar de distintos planes. Ocurre lo contrario. Disponen de tiempo, de más esperanza de vida y sus prioridades han cambiado. El desafío es ofrecerles soluciones que no solo sean útiles, sino también respetuosas; diseñadas desde la empatía, contando con su opinión en la medida de lo posible”.
"El dinero es una herramienta que permite tener más impacto, pero poco más que eso"
Desde muy pequeña, Isabel García quería saber cómo funcionaba todo lo que la rodeaba. “Hacía preguntas al técnico de la lavadora y desmontaba todo lo que caía en mis manos, lo que me llevó a la ingeniería electrónica”. La CEO de Bleta entró en el emprendimiento poco a poco. “Esa faceta surgió a partir de proyectos en la universidad, que tuve la suerte de compartir con los demás fundadores de la compañía. Además, trabajé en una startup que construía submarinos. Allí constaté cómo la visión de unos genios se transformaba en algo espectacular. Todo ello fue despertando en mí el propósito de crear, construir y aterrizar ideas”.
En su caso, que el empredimiento fuera social era “un requisito imprescindible”. Y añade: “Emprender requiere mucho tiempo y energía; queríamos destinar ese esfuerzo a transformar nuestro entorno. El dinero es una herramienta que permite tener más impacto, pero poco más que eso. Una métrica financiera, por buena que sea, jamás superará el hecho de mejorar la vida de alguien. En Bleta mantenemos la ambición de convertirnos en un referente global, asegurando que en el proceso tenemos el máximo impacto positivo”.