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El blockchain también es para las energéticas

Endesa blockchain

El blockchain, la tecnología de “cadena de bloques”, o mejor dicho, el sistema que permite, por ejemplo, el registro de bitcoins, ha llegado al sector energético. Eso aseguran desde Endesa y Ethereum, dos compañías que han organizado un evento en el que han explicado los smarts contracts y las iniciativas más innovadoras de esta nueva adaptación.

Las energías renovables ya alcanzan porcentajes del 40 y el 50 por ciento en algunas zonas de los países desarrollados, aunque más del 17% de la población mundial todavía no tiene electricidad. Por ello, el blockchain puede cambiar el mundo energético tal y como lo conocemos: al poder registrar todas y cada una de las transacciones digitales que se hagan (hasta ahora el blockchain solo lo hacía con las financieras) se podrá controlar las nuevas fuentes de energía alternativas. Como por ejemplo las que tienen dirección bidireccional. Casas con energía propia que permiten que la energía no consumida de las compañías pueda redirigirse a otras casas conectadas, y viceversa.

“Hay varios tipos de configuraciones para integrar la electricidad: autoconsumo, complicado todavía de hacer, pero se puede; micro redes, casas conectadas con otras casas; servicios, como islitas que se conectan a la red y sacar partido de ellas cuando no hay energía propia suficiente (perfecta a nivel local, ya que si no hay sol, no hay sol para ninguno); contadores inteligentes, etcétera”, han explicado desde Endesa. La propia compañía asegura que “es difícil ver un beneficio real para los clientes, ya que, ahora mismo, no se ahorra masivamente. Pero dentro de unos años los beneficios serán enormes”.

Pero, ¿cómo funcionaría el blockchain en una empresa como Endesa o Ethereum? “La plataforma Ethereum es capaz de hacer esas transacciones, pero en energía. Por ejemplo, con los coches Tesla, se puede cargar el coche y, si todo va bien, se le devuelven los recargos. ¿Necesitarían un sistema central? En realidad no, porque no se necesitan intermediarios”, afirman.

Este sistema,el blockchain, es transparente (todas las transacciones son públicas), es resiliente (no se puede tumbar) y es inmutable (es para siempre, no se puede corregir). Son las tres propiedades que cualquier sistema tiene que tener para ser óptimo. Y, ahora mismo, el blockchain es posible en cualquier sector energético: dar y recibir energía de tus vecinos a través de un smart contract para controlar las transacciones energéticas (no solo monetarias, sino también de acciones).