Una de las grandes amenazas para los ecosistemas marinos es la basura. Residuos flotantes que amenazan la biodiversidad de nuestro de país y que hay que combatir sí o sí para limpiar los océanos. En Upcycling the Oceans llevan años en esta labor, y su última arma presentada para combatir esta problemática es una boya inteligente con tecnología GPS.
Andrea Ruzo, directora de la Fundación Ecoalf, explica que estos dispositivos, de Satlink, pueden ser localizados a través de un software que envía en tiempo real la posición en la que se encuentran. “Además, calculan y aportan datos de su velocidad y rumbo en caso de estar a la deriva, lo que ayudará a comprender cómo interactúan las basuras con el medioambiente y la posibilidad de evitar que lleguen a áreas marinas protegidas”.
Estas boyas están equipadas con paneles solares, tienen un tiempo de vida casi ilimitado y están conectadas a través de un sistema de comunicaciones vía satélite para asegurar la transmisión desde cualquier lugar del mundo.
Cómo funcionan
Ruzo recuerda que las boyas de Satlink son dispositivos de geolocalización, no de identificación. “Esto quiere decir que permiten, una vez anclados al residuo flotante, comunicar constantemente su posición y prever la trayectoria del objeto. Por eso, es indispensable que su uso se integre dentro de una solución más amplia de recogida y gestión del residuo, como es el proyecto Upcyling the Oceans”.
De esta manera, los pescadores pueden geolocalizar los residuos flotantes con la boya, para que más tarde sean recogidos por otro barco y puedan ser trasladados a una planta de separación de residuos, al igual que se hace con el resto de basura marina recogida por el proyecto.
La directora de la Fundación Ecoalf cuenta también que este piloto se está implementando en dos puertos españoles -Torrevieja y Delta del Ebre-, que han sido seleccionados por trabajar con artes menores, por su localización geográfica y por su implicación durante estos años en Upcycling the Oceans.
“A cada uno de ellos -especifica- se les ha dotado con una boya, que estará a disposición de los pescadores cuando salgan a faenar, con el objetivo de que puedan identificar la basura marina flotante que encuentren y localizarla en el caso de que no puedan subirla a bordo por su tamaño”.
Qué es Upcycling the Oceans
La institución que se encuentra detrás de este proyecto es, como ya se ha mencionado, Upcycling the Oceans, que nació en 2015 de la mano de tres pescadores de Villajoyosa, en Alicante, cansados de comprobar como cada día encontraban en sus redes una gran cantidad de basura mezclada con el pescado.
“Con esta preocupación, acuden a Fundación Ecoalf -indica su directora- y nace el proyecto con el objetivo de sacar esos residuos del fondo del mar y ayudar a limpiar los océanos. Un año más tarde se une al mismo Ecoembes, que aporta su experiencia en la gestión de residuos y que nos permite no sólo retirar esa basura marina, si no clasificarla y asegurar su reciclaje”.
Es de esta manera como fomentan la economía circular fortaleciendo la labor que, de forma “totalmente altruista”, realizan más 2.600 pescadores de 45 puertos españoles diferentes y que hasta la fecha han retirado más de 1.000 toneladas de residuos.
Sobre su objetivo principal, además de visibilizar el problema de la basura marina que se encuentra escondida en los océanos, Upcycling the Oceans pretende entender su origen para evitar que siga llegando al mar. Para ello, realizan caracterizaciones científicas en los puertos que permiten obtener datos no sólo sobre la cantidad y los materiales que recogen los pescadores, sino también sobre el origen de esos residuos y analizar tendencias en el tiempo.
El problema de la basura marina
Ruzo también incide en la importancia del impacto de la basura marina, que ha sido identificada por diversos organismos de protección del medio ambiente como “amenaza para los ecosistemas marinos, con especial hincapié en el Mar Mediterráneo por sus características ecológicas y regionales, y en concreto en las áreas Marinas Protegidas por su valor en términos de biodiversidad”.
Tanto el proyecto Upcycling the Oceans como este piloto de boyas inteligentes se enmarcan en tres necesidades identificadas: la búsqueda de datos sobre la influencia de las basuras marinas, sumergidas y flotantes, que permitan definir esas líneas base; el diseño de estructuras de recogida y gestión de residuos y la cooperación entre sectores, más concretamente con el sector de la pesca.
La directora de la Fundación Ecoalf reitera que, desde el inicio del proyecto, ha contado con el apoyo mayoritario de la pesca de arrastre, que es el único sector que puede recoger la basura marina sumergida. Esta basura supone un 85% del total de los residuos que se encuentran en el mar; de hecho, la mayoría de los materiales, en contacto con el agua, se hunden; lo que hace casi imposible su recuperación.
“En ciertos puertos hemos venido también trabajando con pescadores de artes menores que, si bien por las características de su tipo de pesca (realizada a menor profundidad) tienen un alcance limitado, han mostrado su compromiso por limpiar los mares. Durante este tiempo nos han transmitido que en ciertas épocas del año o coincidiendo con determinados fenómenos meteorológicos (lluvias o crecidas de los ríos) han identificado mayor presencia de basura marina flotante. En la medida de sus posibilidades, ellos han retirado esos residuos, pero en determinados casos, por su tamaño o por no tener espacio suficiente a bordo, no han podido hacerlo”. Y de ahí nace, por ejemplo, este piloto con boyas de geolocalización.