Bq, junto a la editorial Macmillan, ha querido dar una vuelta de tuerca más a la educación. No a la tradicional, sino a la hará que las aulas de nuestro país saquen a los mejores innovadores e ingenieros de robótica del futuro. Es bMaker, un nuevo modelo de aprendizaje editorial.
“Muchas editoriales quieren pasar del papel al digital, pero ya no se puede aprender así. BMaker, más allá de enseñar robótica, es una revolución. porque tiene un aula online que ayuda a los profesores y padres, enseña, muestra lo que hacen en clase”, explica Alberto Valero, director de Bq Educación. Básicamente, este nuevo producto es una plataforma digital, una página web con usuario y contraseñas en la que se compran licencias en vez de libros. “Es como una llave: con ella puedes descargar el contenido ya ordenado, además de tener todo un sistema interactivo que te pone ejercicios, conocimientos y los va sustituyendo”.
Por otro lado, para el alumno los contenidos son diferentes, ya que son interactivos: no solo ve vídeos y fotos, sino que va recibiendo información, ejercicios, hay videojuegos, “caja del terror”… En definitiva, socializa la plataforma, porque aunque el profesor sigua el rendimiento del alumno como en cualquier otra plataforma, Bq ha creado una cierta red social.
“No sustituye al libro, lo transforma –apunta Valero–. Es distinto, un salto cualitativo. Tiene una parte sencilla (el hardware). porque está adaptado para primaria y secundaria (si bien nosotros ya hacíamos kits). Pero la autentica contribución es que no solo es una caja con cosas, sino que se acompaña al contenido del software. Buscamos una propuesta 360 grados en la que el cole puede adquirir un bMaker completo, no hace falta que se vaya cogiendo productos de diferentes empresas”.
Pero, ¿por qué está fijación por la educación en el seno de la compañía española? Según Valero, hay varias razones: una obvia es que Bq necesita personas para sostener la empresa; que haya un futuro, como en una cantera. “Los equipos de futbol lo hacen, nosotros también. Es una razón que tiene sentido. Bq nació en un ámbito universitario, siempre se han sentido muy cómodos en el ambiente académico, y eso hay que devolverlo, es una responsabilidad. Es cierto que el nuestro es un departamento comercial, económico, pero tenemos cierta responsabilidad. Hay que aportar algo a la sociedad”.
Y es que, para el director de Bq Educación, “entre todos tenemos la obligación de hacer ver a la sociedad que la robótica ya no es una diversión –que lo es–, sino que también representa lo que esa misma sociedad va a demandar durante los próximos 15-20 años. Como el inglés: no es un accesorio, es algo básico. Todavía se ve como si perteneciera al mundo de Star Wars. Pero cuando se llegan a ver los robots que utiliza Amazon se comprende que dentro de pocos años habrá otro tipo de oficios. Eso ya no se convierte en una diversión, sino en algo serio”.