Brasil, México y Argentina son los países con mayor número de iniciativas de economía colaborativa en la región de América Latina. Así se desprende del I Informe Economia Colaborativa en América Latina elaborado por el IE Business School y el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del Grupo BID.
Según dicho informa, presentado en Casa de América, los emprendedores de la región consideran que el desconocimiento del tipo de negocio por parte de la población (60%), el acceso a financiación (43%) y la desconfianza de los clientes-usuarios (42%) son los mayores desafíos para el desarrollo de estas iniciativas.
Brasil y México
En un momento en el que grandes proyectos internacionales como Uber, BlablaCar o Airbnb están entrado, o ya han entrado, en los principales mercado de la región, cientos de emprendedores están desarrollando proyectos como el diseño de espacios de trabajos compartidos (coworking) o de movilidad (carsharing).
Brasil es el país con el mayor número de iniciativas en economía colaborativa dentro de la región, seguido por México y Argentina, de acuerdo al estudio realizado con la colaboración de más de 100 iniciativas latinoamericanas en este sector económico.
Los sectores de actividad relevantes en Brasil son el turismo y la creación de mercados de intercambio. “Siguen, sin embargo, sin aparecer algunos tipos de transacciones más complejos como los bancos de tiempo o las monedas alternativas, que parecen indicar un peso mayor de lo comunitario en la motivación del usuario”, se recoge en el documento.
Por su parte, México parece moverse por imitación a los demás mercados. “El transporte es el área clave, pero la actividad empresarial hace que lo financiero (entre personas o la relación con empresas) sea relevante en el mercado –apunta el documento-. Será interesante ver cómo de rápido crecen las iniciativas locales frente a la opción de entrada muy fuerte de competidores de USA”.
Potencial para la región
“Hay una oportunidad para el desarrollo local de este tipo de iniciativas en este momento, aun embrionario, pero necesitamos contar con un ecosistema favorable, desde el Gobierno y por parte de la ciudadanía”, comenta Ricardo Perez, profesor de Innovación Digital de IE Business School y autor del informe.
“La economía colaborativa tiene el potencial de generar numerosos beneficios para la región, reduciendo la huella ambiental, promoviendo el acceso a nuevos servicios y productos y facilitando una distribución más equitativa de la riqueza. Igualmente, la economía colaborativa fomenta valores sociales positivos de intercambio y colaboración”, destaca Brigit Helms, gerente General del FOMIN.