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Objetivos 2030

Con la colaboración  de

Cosentino

Los episodios de calor y sequía extremos aumentarán en las próximas décadas

Así lo afirma un estudio del BSC, que ha hecho uso de la supercomputación para calcular cómo serán y advertir de su peligrosidad
bsc calor

El Barcelona Supercomputing Center (BSC) ha comunicado un estudio con el cual se pretende arrojar “algo de luz” sobre los episodios de calor y sequía extremos que azotan el planeta y que, según dicho informe, “aumentarán en las próximas décadas”. Haciendo uso de la supercomputación, los investigadores del centro nacional, Markus Donat y Paolo de Luca, han advertido de la necesidad de adoptar estrategias “urgentes”.

Así, para llevar a cabo el estudio, el BSC ha utilizado modelos climáticos de última generación, analizando cuatro escenarios de emisiones -entre 1950 y 2100- con el objetivo evaluar cómo se espera que cambien los fenómenos extremadamente cálidos, secos y los compuestos calor-sequía en comparación con las condiciones climáticas actuales. 

Los resultados mostraron que, según las previsiones, los eventos extremos cálidos aumentarán en gran parte de la superficie terrestre mundial a finales del siglo XXI en todos los escenarios de emisiones, y que los aumentos más significativos se producirán en aquellos escenarios con unas emisiones más elevadas, en las que no se han aplicado políticas climáticas”, aseguran en el estudio, publicado en Geophysical Research Letters.

Por otro lado, aun si se tienen en cuenta las lluvias y la evapotranspiración, "los fenómenos extremadamente secos seguirán aumentando en muchas zonas del planeta, especialmente en el centro y norte de Sudamérica, el Mediterráneo y el sur de África”. Es más: también aumentarán, en la mayor parte del mundo, los fenómenos calor-sequía.

“Es probable que los fenómenos compuestos de calor-sequía extremos, con consecuencias negativas para nuestras vidas, nos afecten durante varias décadas, y sus efectos van a empeorar. Nuestra investigación puede probar la ocurrencia de estos fenómenos y de sus cambios, pero no es suficiente. Deben adoptarse medidas de mitigación”, declara el investigador el grupo de Variabilidad y Cambio Climático del Departamento de Ciencias de la Tierra, De Luca, que también es el primer autor del estudio.

Más olas de calor, más sequías

Por su parte, Markus Donat, líder del grupo de Variabilidad y Cambio Climático del BSC, asegura que este estudio “muestra claramente cómo la amenaza de la ocurrencia de estos eventos extremadamente cálidos y secos se intensifica y se hace más frecuente, lo que exige medidas de adaptación adecuadas. Pero los resultados también muestran que los peores cambios pueden evitarse aplicando las consiguientes medidas y políticas para reducir las emisiones de carbono procedentes de la quema de combustibles fósiles”.

El BSC, en un comunicado relativo al estudio, añade que la pasada semana, en el Valle de la Muerte de California, se alcanzaron los 53,3 ºC, y en China se registraron temperaturas superiores a los 52 ºC. 

“El calor aprieta en muchos lugares del hemisferio norte. Estos recientes episodios extremos también han contribuido, por ejemplo, a que la temperatura media mundial haya superado por primera vez los 17 ºC. Otro ejemplo es el inusualmente caluroso Atlántico Norte de estas últimas semanas, con temperaturas superficiales en mayo 1,6 ºC más cálidas de lo habitual para la época del año, batiendo de manera considerable los récords anteriores”, algo reflejado en el estudio.

Además, estos fenómenos compuestos amenazan seriamente los sistemas socioecológicos, causando impactos como incendios forestales, pérdidas de cosechas y mortalidad relacionada con el calor que los fenómenos extremos individuales. “Las disparidades en la incidencia y gravedad de tales fenómenos entre los hemisferios sur y norte resaltan la necesidad de estrategias de adaptación y mitigación adaptadas a las distintas partes del mundo”.

De ahí que tanto el BSC como ambos investigadores animen “a los gobiernos de todo el mundo a prestar especial atención a la aplicación de medidas de adaptación adecuadas y a la puesta en práctica de políticas de mitigación contundentes para limitar el aumento de estos fenómenos extremos”.