La misión Gaia, que trabaja para recopilar en un mapa gran parte de las estrellas de la Vía Láctea, hace uso de la supercomputación del Barcelona Supercomputing Center (BSC) para obtener datos astrofísicos de nuestra galaxia. Este proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de publicar nuevos descubrimientos científicos y ya ha recogido un total de 1.800 millones de estrellas recogidos durante 34 meses, entre el 25 de julio de 2014 y el 28 de mayo de 2017.
El BSC ha contribuido a la misión Gaia desde sus inicios, aportando millones de horas de supercomputación -casi 58 millones de horas en total, 33 millones en esta última publicación- en el supercomputador MareNostrum y modelos de programación.
De hecho, desde 2005, investigadores del BSC colaboran con astrónomos e ingenieros del Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB) y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) de la Universidad de Barcelona (UB) en recrear los datos que diariamente enviará el telescopio y en cuál debe ser su procesamiento para obtener un mapa en 3D de la Vía Láctea.
Cabe recordar que el consumo de combustible hace prever que el funcionamiento de Gaia se prolongue hasta 2025. Así, la publicación del catálogo final no se producirá antes de 2030.
El papel del centro y la universidad
El BSC ha participado buscando nuevos clústeres abiertos de estrellas en el software de Gaia. Lo ha hecho con el modelo de programación PyCOMPSs y la librería de aprendizaje automático dislib, desarrollados por el grupo de Workflows y Distributed Computing del centro de supercomputación. Además, el equipo de apoyo a los usuarios del centro también ha colaborado en el almacenamiento de datos y en su transferencia a otros centros de procesamiento involucrados en el proyecto.
Así, el equipo barcelonés en la misión Gaia se ha centrado “en el diseño científico y tecnológico del proyecto, en el desarrollo del sistema de procesamiento de los datos y en la producción de datos simulados”. Todo ejecutado en el superordenador MareNostrum.
Trabajan también, concretamente, en “la explotación científica de los datos, en ámbitos como el estudio de la estructura espiral de la galaxia; la identificación de interacciones pasadas de la Vía Láctea con galaxias cercanas, lo que es imprescindible para poder conocer su evolución hasta la actualidad; los cúmulos abiertos, incluida la identificación de algunos desconocidos hasta ahora, o el estudio de las Nubes de Magallanes, dos pequeñas galaxias que orbitan la nuestra”, indican desde el BSC.
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Datos de la misión Gaia
Hoy por hoy, la misión Gaia supera los 2.850 días de observación del cielo, ha recogido 100 terabytes de datos y ha documentado 200.000 millones de tránsitos de estrellas por su plan focal.
“Los resultados que podremos obtener del análisis de estos datos son del todo impredecibles, pero nos permitirán, entre otros aspectos, conocer con más detalle cuál ha sido la evolución de la galaxia, o cuál es su estructura”, explican desde el centro de supercomputación
Desde el BSC destacan también que una de las primicias científicas de la colección de datos publicada recientemente son los espectros de la luz de 220 millones de estrellas, “que pueden utilizarse para determinar luminosidades, temperaturas, masas y composiciones químicas con precisión”.
“Por primera vez podemos descomponer con detalle la luz que recibimos de las estrellas y de los otros objetos observados por Gaia. Esta descomposición nos aporta información de propiedades físicas como la temperatura, la luminosidad o la composición química, información primordial para determinar las edades de las estrellas y deducir su origen”, explica la catedrática Carme Jordi, una de las responsables del equipo de investigación de la UB, en un comunicado.