Btwice, pioneros de la moto eléctrica: de diseñar piezas como hobby a competir por el liderazgo en el mercado asiático

Juan F. Calero

Tras pasar por la mítica firma Ossa, Álex Ballesta y Boris Sánchez pusieron en marcha un proyecto propio en la Costa Brava. Hoy son capaces de responder al desarrollo completo de los vehículos eléctricos de dos y tres ruedas, desde los primeros bocetos hasta su industrialización.

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Dedicados a las ventas y a la ingeniería respectivamente, lo que unió los caminos de Álex Ballesta y Boris Sánchez fue, “por encima de todo lo demás”, una irrenunciable pasión por las motos. Los fundadores de Btwice se conocieron años atrás en la emblemática firma Ossa, desaparecida en los 80 y renacida en 2009. “En Ossa estábamos en contacto con importadores, gente de las competiciones de trial… es un mundillo relativamente pequeño en el que nos conocemos todos”, explica Ballesta en una entrevista con Innovaspain.

Esta ‘familiaridad’ hacía que le interpelaran directamente sobre posibles mejoras en determinadas piezas, innovaciones… “Yo me ocupaba de trasladar estas demandas al departamento de ingeniería, pero no era tarea fácil”, añade Ballesta. “En esa época Ossa no atravesaba su mejor momento en lo financiero, acaban de lanzar un producto e introducir cambios era misión imposible”.

Así las cosas, Sánchez y Ballesta empezaron a reunirse en su tiempo libre en el garaje de los padres del segundo. “Al principio lo haccíamos por puro hobby. Queríamos probar si éramos capaces de llegar, al menos parcialmente, hasta donde nos pedían los clientes y comenzamos a fabricar nuestras propias piezas para Ossa y otras marcas”.  

Por aquel entonces, Ballesta admite que innovaban casi sin darse cuenta. Probaron antes que otros las bondades de la impresión 3D y de determinados materiales sustituyendo al plástico, como el aluminio. “Desarrollábamos un prototipo de la pieza, se lo llevábamos al fundidor y producíamos a pequeña escala. Después las vendíamos a los importadores en las carreras. Nos ocupábamos de todo”.

Dar el paso

Un encargo de piezas importante desde la marca GasGas les hizo abrir los ojos. “Nos pidieron fabricar para ellos un disco de embrague específico. Constatamos que nuestro nombre empezaba a sonar en el sector y que quizá había opciones reales para emprender un negocio independiente”, asegura Álex Ballesta. Poco después, “muertos de miedo”, dan el salto y en 2014 constituyen oficialmente Btwice.   

Pronto cambiaron el enfoque de la empresa para garantizar su viabilidad. Dejaron de comercializar piezas para el trial y se centraron en proporcionar servicios de ingeniería a empresas de motos, sobre todo locales. Hoy en Btwice puede afirmar que han ido mucho más lejos. “Queremos diferenciarnos y por ello actuamos como un centro de innovación para el vehículo eléctrico de dos y tres ruedas”, argumenta el CEO del proyecto.

En una relación B2B con el cliente, la compañía es capaz de cubrir todas las etapas en el desarrollo de estos vehículos, de los primeros bocetos a la industrialización; diseño, prototipado, carrocería, planes de validación y homologación. “Además de ser unos ‘locos’, disponemos de todas las ingenierías y departamentos necesarios para llevar a buen puerto aquello que nos pidan”, apunta.

Hace poco ganaron espacio en su nueva nave ubicada en Begur (Girona). Desde allí, Btwice presta servicios tanto a startups del sector como a empresas que quieren desarrollar una moto eléctrica y no saben por dónde empezar. Ello no impide que entre su cartera de clientes encontremos compañías reconocidas en el sector del motor cuyo punto débil es la producción eléctrica.

Seguir creciendo

“En 2019 llegamos a una conclusión: o ganábamos tamaño o la única solución era volver atrás… muy atrás”. Trazaron un plan de crecimiento e internacionalización con CDTI y sentaron las bases para lanzar una gama mejorada y ampliada de productos propios.  

Fuera de España, Btwice había trabajado para empresas italianas, francesas y alemanas. “Buscábamos salir de Europa, diversificar y sembrar la semilla de la compañía en nuevos territorios”. La idea es abrir una oficina comercial en Indonesia -donde en 2017 lideraron un proyecto de moto eléctrica auspiciado por el gobierno- desde la que establecer un contacto más estrecho con el mercado asiático.

Álex Ballesta (izquierda) y Boris Sánchez, fundadores de Btwice.

“Trabajamos con India, China e Indonesia, donde las ventas de motos no dejan de crecer”. Solo en India se vendieron 17 millones de unidades en 2021. “En Indonesia la moto es el vehículo familiar. Recorren muchos kilómetros cada día y el plan de la administración es apostar por la electrificación de la flota. Tienen capacidad industrial, pero no el know how. Es ahí donde entramos nosotros”.

En el plano técnico, han equipado sus instalaciones a fin de avanzar en más y mejores productos. Además, han aumentado la plantilla. “Desarrollamos nuevos sistemas de control de la motocicleta, también motores, un mercado que ahora bulle, pero que nosotros exploramos desde hace varios años. En definitiva, cubrimos la ausencia de componentes específicos de vehículo eléctrico”, detalla Álex Ballesta.

Una tendencia imparable

¿Y cuándo veremos rodar una motocicleta Btwice? En el Salón Internacional de la Moto (EICMA), que se celebra el próximo noviembre en Milán, la empresa mostrará un vehículo eléctrico propio como ejemplo de todo lo que son capaces de conseguir como plataforma. “Probablemente nuestra evolución lógica sería convertirnos en una fábrica de motos eléctricas, pero en este momento no tenemos esa capacidad”, asegura Ballesta. “En todo caso, estamos abiertos a las propuestas de otros socios industriales y financieros para activar proyectos conjuntos y aprovechar posibles sinergias”.

El cofundador de Btwice lamenta las dificultades actuales que tienen para captar talento. “Necesitamos incorporar todo tipo de perfiles. Este es un sector al alza a escala global. Cuando hace 5 años dejamos a un lado los motores de combustión hubo quien vaticinó que nos íbamos a arruinar. Los números y las tendencias dicen otra cosa. Ser pioneros nos posiciona como un player importante, pero queremos mas. Ganaremos importancia paulatinamente para llegar, por qué no, a trabajar con grandes fabricantes como BMW. Las administraciones, por su parte, tienen que ayudar a empujar estos cambios. Las nuevas generaciones ya no tienen dudas”, concluye Ballesta.

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