Un campo de almendros sostenible y eficiente se ha convertido en el primer proyecto de economía real de Buëcor, una plataforma de financiación participativa que trabaja en España y Portugal y que hace uso del crowlending -financiación sin condiciones de la banca tradicional- para llevarlo a cabo.
Esta compañía nació desde el mundo de la banca de inversión. Se dieron cuenta de que existe un nicho de negocio en la economía participativa, plataformas donde se puede invertir tanto en inmuebles como empresas, en deudas, etcétera. Es alternativo y ofrecen una desintermediación en el mundo de las inversiones.
“Buëcor es un crowlending y, en vez de invertir, lo que hace es dar préstamos directos de inversores con devolución de intereses y nominal a vencimiento”, explican fuentes de la plataforma a Innovaspain. “Es una financiación alternativa para empresas como pymes que, en los mercados de capitales, en la bolsa, no la encuentran. Los bancos están muy dependientes de los tipos y dan muchos requerimientos”.
Es más difícil dar préstamos a una empresa pequeña. Y, si no se tiene tamaño para cotizar, se deben meter en la financiación alternativa. Conectan o canalizan un promotor que necesita dinero y un inversor que quiere tener una rentabilidad atractiva en un tiempo determinado.
“Y el foco de Buëcor va más allá, porque son proyectos que se financian con estas plataformas alternativas sostenibles y de impacto y de la economía real. Quiere decir que el inversor, además de invertir para ganar dinero, quiere beneficiar al medioambiente y a la sociedad”, indican.
De ahí que financie a proyectos tangibles de la economía real, no de la financiera. En este caso, el campo de almendros.
Un campo de almendros sostenible
Este campo de almendros es de ISFA, líder en España en cuanto a la sensorización del campo, y lo que querían era apostar por la agricultura ecológica, con una mayor productividad y aplicando tecnología. “El inversor estará 60 meses y, en ese tiempo, tendrá una rentabilidad del 9% con cupones trimestrales. A vencimiento, ese inversor cobrara el capital invertido. Mínimo de 500 euros hasta un tope de cinco millones de euros, el máximo que permite la UE para estas plataformas”, especifican.
Así, Buëcor ha invertido en almendros de alta densidad, un tipo de árbol de menor leñosidad, con menos raíces y más superficie foliar (ramas y hojas), que produce más cantidad de almendras por planta.
“Requiere un clima mediterráneo, y terrenos con nutrientes necesarios y abundantes recursos de agua. La Ribera Alta del Guadalquivir tiene estas condiciones, y por ello es una de las zonas con mayor capacidad productiva de almendros en el mundo, similar a la de California”, se recoge en un comunicado de la compañía.
Para mantener su alta productividad, los almendros de alta densidad necesitan un suministro de agua, fertilizantes y fitosanitarios óptimo en todo momento. E ISFA cuenta con sistemas que se apoyan en el seguimiento continuo de las condiciones climáticas con tecnología avanzada: sensores, estaciones meteorológicas y satélites. Y que permiten afrontar cualquier escenario adverso, como sequías, olas de calor, olas de frío, y otros, sin que se resienta la productividad.
“La tecnología genera eficiencia en todo el proceso, ya que se ahorra el 30% de agua y el 50% de nutrientes, favoreciendo la sostenibilidad en la producción durante largo tiempo”, aseguran.