El panorama económico de América Latina y el Caribe está mejorando, impulsado por una economía mundial fortalecida, mejores posiciones fiscales, menores presiones inflacionarias y perspectivas más favorables para Argentina y Brasil, de acuerdo al Informe Macroeconómico 2017 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El lanzamiento de la primera parte del informe Caminos para Crecer en un Nuevo Mundo Comercial ha tenido lugar durante la Reunión Anual del BID en Asunción del Paraguay. La segunda parte, que trata de la integración regional, ha sido presentada ayer.
“Desde el informe del año pasado, hubo varios hechos positivos a medida que la región avanza en la implementación de mejores políticas”, ha dicho José Juan Ruiz, economista Jefe del BID. “En algunos países, los esfuerzos por llevar a cabo reformas tributarias han conseguido un mayor grado de igualdad y eficiencia. Las políticas monetarias de las economías más grandes han mantenido la inflación a raya y calculamos que el proceso de ajuste externo se encuentra próximo a completarse en la mayoría de los países”, añade.
Sin embargo, la combinación de potenciales sacudones comerciales y financieros negativos por parte de Estados Unidos, aun experimentando este país una expansión de su economía, podría recortar un 0,4% del índice de crecimiento anual proyectado en 2% para la región durante el período 2017-2019. El informe toma las proyecciones trienales del FMI como base de referencia y luego estima en qué grado los impactos externos podrían aportar o quitar del crecimiento de la región.
El impacto de la economía estadounidense no se distribuye uniformemente. El potencial índice de crecimiento trienal de México podría sufrir un recorte del 0,8%, reduciéndose de 2,2% a 1,4%. El Cono Sur y la región Andina verían un recorte al índice de crecimiento anual de su PIB del 0,4%. El impacto se transmitiría a través de una combinación de alzas en las tasas de interés y reducciones en el comercio global.
A su vez, el desempeño de Argentina y Brasil tiene un gran impacto en la región. Dada la interconexión de estas economías, una ganancia o pérdida combinada de US$20.000 millones en el PIB de las mayores economías de Sudamérica podría añadir o sustraer US$70.000 millones al PIB de la región entera en el trienio 2017-2019.
Perspectivas positivas
Un análisis del presupuesto fiscal de 22 países calcula un déficit fiscal primario de 0,8% del PIB de la región, si bien en la práctica varía de un país a otro. Aun así, 15 países de América Latina y el Caribe tienen planes de consolidación fiscal con el objetivo de lograr un ajuste de alrededor del 2% del PIB durante 5 años. Las reformas tributarias podrían aumentar la recaudación fiscal en 1,2% del PIB. Se espera que los gastos se reduzcan en un 0,8%.
En el pasado, los impactos externos han dado lugar a una mayor inflación. Esta tendencia se ha revertido, según señala el informe, resultando en una menor inflación, precios de materias primas más estables y mayores exportaciones. Ante una disminución de la proporción de importaciones sobre la producción total, los déficits de cuenta corriente han caído hasta promedios de mediano o largo plazo.
“La región se encuentra alterando su rumbo tras haber sufrido un crecimiento negativo en los últimos dos años”, ha asegurado Andrew Powell, coordinador del informe y Asesor Principal del BID. “Si bien América Latina y el Caribe se encuentra en un terreno más firme que el año pasado, de cara al futuro la región enfrentará importantes desafíos para alcanzar el nivel de crecimiento que sus ciudadanos demandan. Esto exigirá centrarse continuamente en reformas que aumenten la productividad y profundicen la integración comercial de la región”.