Procedente de la añada del 53 y natural de Valladolid, este Ingeniero Técnico Superior Agrónomo es, ante todo, un enamorado del vino. Luis Carlos Moro puso en 1988 la primera piedra de lo que hoy es el entramado de una empresa a la que desde entonces le dedica su cuerpo y su alma. Es en ese año cuando se funda en Valbuena de Duero la Bodega Matarromera.
Después se crearon otras seis bodegas, como Valdelosfrailes, en el entorno de Cubillas de Santa Marta (Valladolid), o Rento, ubicada en una antigua casona señorial del siglo XVI donde residió el Marqués de Olivares y que posteriormente fue un convento jesuita, Emina Medina D.O Rueda , Cyan con D.O Toro y Emina Oxto. Entre otros proyectos, ha puesto en marcha la Fundación que lleva su nombre, igual que la última bodega, esta vez en la Denominación de Origen Rioja. En diciembre de 2014, el Consejo de Ministros del Gobierno de España le concedió la Medalla al Mérito Turístico por su incansable labor en la promoción y mejora en este ámbito.
1. A lo largo de su trayectoria profesional, ¿qué decisión ha tomado que haya tenido como consecuencia un mayor grado de innovación?
Yo creo que la decisión más importante desde el punto de vista estratégico ha sido precisamente apostar por la innovación. Desde nuestros inicios en Matarromera siempre hemos querido apostar por la I+D+i como pilar básico de nuestra compañía. De hecho, desde 2005, fecha en la que creamos nuestro departamento, hemos destinado más de 42 millones de euros en investigación, lo cual nos convierte en un ejemplo único en la industria vitivinícola internacional. Eso nos ha permitido disponer de un know how y del conocimiento necesario para lanzar nuevos productos y tratar de elaborar mejores vinos.
2. ¿Cuáles son las claves para culminar con éxito un proceso innovador?
Sobre todo, la paciencia, la perseverancia, y la orientación al mercado. De nada sirve inventar algo muy bueno pero que en realidad no tiene su utilidad en el mercado, por lo que toda innovación tiene que ir encaminada a crear un producto o servicio que verdaderamente aporte algo nuevo.
3. Tres consejos para quienes estén dispuestos a abordar cambios, acciones o procesos innovadores en su empresa o entorno.
Primero, que estén decididos a hacerlo. La I+D+i en una empresa es una necesidad, pero exige un convencimiento pleno para llevarla a cabo. No puede ser cuestión de modas pasajeras, sino de una filosofía empresarial, que debe estar impulsada por los altos mandos de la empresa.
Segundo, perseverancia, ya que la innovación tarda en dar sus frutos. No es flor de un día, y por eso exige paciencia y método.
Y tercero, medios y equipos (técnicos, pero sobre todo humanos) para que esa innovación sea efectiva.
4. ¿Cuál es, a su juicio, la mayor innovación que ha tenido lugar en los últimos 50 años en todos los ámbitos?
Sería difícil elegir una sola innovación, porque afortunadamente cada día conocemos una nueva, pero creo que la democratización en el acceso a las nuevas tecnologías es un avance que ha permitido a la sociedad ser y vivir mejor. Desde la creación de algo tan a priori sencillo hoy en día como es una lavadora o un frigorífico, hasta los nuevos estadios de la informática en la actualidad. Soy plenamente consciente de que pasado mañana saldrá una innovación que hoy parece impensable. Todo ese mundo me encanta y me apasiona.