La andadura de Carlos Toxtli hasta la fecha es una mezcla perfecta de emprendimiento, investigación y conocimiento de las grandes tecnológicas. “Dar vida a 4 compañías y formar parte de otras tantas como CTO me ha enseñado a validar y ejecutar ideas”, señala Toxtli a este diario días después de ser elegido por Twitch para el diseño de sistemas de crowdsourcing con los que la plataforma de moda coordinará audiencias o moderará transmisiones en vivo a través de la inteligencia artificial, su campo de especialidad.
Ha trabajado para Google, Microsoft, Amazon o Naciones Unidas, donde se ha forjado en la resolución de problemas de escala global. De su experiencia como investigador en la West Virginia University, Toxtli se queda sobre todo con un aprendizaje: “No dar ningún dato por sentado sin verificar que ha sido sometido a un estricto proceso científico”.
A lo largo de los últimos meses, ha asistido a la puesta en valor de su trabajo en un impulso sin precedentes. “Es tiempo de entender el papel de la innovación y la tecnología en esta nueva normalidad”. El crowdsourcing es una actividad sencilla ejecutable online. Encuestas, clasificación de imágenes, audios o vídeos y la transcripción de textos son algunas de las tareas que tiene asociadas.
La hora de la inteligencia artificial
“Detrás de estos trabajos hay una razón de ser: entrenar a inteligencias artificiales para que entiendan el mundo y terminen por acometer determinadas tareas mejor que nosotros”, afirma Carlos Toxtli. “Abundan las oportunidades porque es mucho lo que aún tienen que aprender estos sistemas. Así lo demuestran plataformas como Amazon Mechanical Turk, Figure Eight, Toloka, Clickworker, Dataturks, entre muchas otras. Durante la pandemia, estas actividades se han mantenido estables. Influye que los investigadores pueden acceder a los superordenadores de forma remota”, añade.
Pese a estos prometedores movimientos, Carlos Toxtli cree que a la inteligencia artificial aún le queda mucho por recorrer para ser entendida con claridad por un rango de la población más amplio. “Curiosamente, parece tener un papel de mero adorno. Es decir, está muy bien que ponga ante nosotros aquellos productos que más nos pueden interesar sin que tengamos que batallar para encontrarlos, o que Google directamente nos sugiera qué queremos buscar. Lo que no vemos es la herramienta capaz de darnos esas posibilidades, sin la que probablemente abandonaríamos la búsqueda. Ese factor se llama retención, satisfacción o personalización. No es un ornamento, sino una herramienta muy sofisticada para que elijas unas plataformas y no otras”.
Toxtli recuerda que la inteligencia artificial también ha resultado determinante en la consecución de vacunas con las que luchar contra el COVID-19 en tiempo record. “Puede usarse prácticamente para todo. Lo interesante es precisamente encontrar casos de uso con los que nos ayude a potenciar el progreso humano o que redunden en el beneficio empresarial, un campo a explorar. Es bueno es que la inteligencia artificial ya no esté solo al alcance de los gurús tecnológicos, se ha democratizado”.
Emprendedores y oportunidades
Desde una óptica constructiva, Carlos Toxtli no elude que la recuperación depende también de que determinadas dinámicas y prácticas bien conocidas por el ecosistema emprendedor ganen posiciones. “Lo alarmante no es solo la virulencia del SARS-CoV-2, sino la parálisis que ocasionó en un mundo que no sabía cómo actuar. El virus nos va a dejar oportunidades y lecciones ‘al por mayor’, apunta el experto, quien reconoce que no es sencillo dar con un segmento de negocio resiliente a periodos como el que nos ha tocado vivir. “Es un reto que nos toca solventar a los emprendedores. Por mi experiencia previa en startups tecnológicas tengo claro que la clave es atacar una necesidad real y utilizar tecnologías que maximicen la eficiencia en hacer llegar al cliente la propuesta de valor”.
Junto a la salud -donde Carlso Toxtli menciona el meteórico ascenso de Zhong Shanshan entre los más ricos del mundo- la comunicación vivirá una etapa dorada. “Numerosas plataformas conectan a los trabajadores en remoto, una práctica que va a continuar. Zoom, por ejemplo, ha crecido hasta niveles inimaginables en la compañía. Los inversores ganan en confianza porque la posibilidad de seguir creciendo es muy tentadora. En educación online, el impulso también es significativo debido al upskilling que cada vez más sectores de la sociedad precisan en su acceso a la economía digital.
Brechas digitales
A favor de las nuevas tendencias encontramos un cambio cultural vaticinado años atrás y confirmado por la pandemia. Entre las asignaturas pendientes, corregir las distintas brechas digitales evidenciadas a lo largo de este periodo atípico. “El momento ofrece una oportunidad para corregir la brecha digital. No hablo de adquirir nuevos equipos, sino de aprender habilidades digitales para el manejo de la información. La necesidad de digitalizar nuestras economías favorece que surjan emprendedores, capacitados para ayudar a los perfiles que no tienen la experiencia suficiente a aprovechar todas las oportunidades de la digitalización. El ecosistema contribuirá a cerrar la brecha más rápido”.
Además, “por fortuna”, en los países hispanohablantes en vías de desarrollo, la penetración de dispositivos móviles inteligentes ha aumentado de forma significativa en la última década. “Es un hecho que facilita que los servicios puedan ser promovidos a través de las redes sociales o de aplicaciones de mensajería con las que ya están familiarizadas personas de todas las edades”.
Progresos y previsiones de 2021
Dentro de estos avances están los chatbots, otra de las áreas de estudio de Carlos Toxtli. “La inteligencia artificial es aplicada a la resolución de dudas de clientes expresadas en canales de mensajería. Los chatbots también son útiles en la promoción de productos y servicios. Su desarrollo ya no requiere de un expertise técnico; actualmente en la red podemos encontrar una gran oferta de plataformas para su implementación”.
En esta línea, Toxtli alude a una de las investigaciones que dirige: Meta GIG. “Creamos una plataforma que permite a todo el mundo poner en marcha un negocio digital focalizado en cualquier producto o servicio”. “En definitiva”, añade, “hablamos de una especie de Uber para cualquier cosa. Descubrimos que la gente generaba modelos de negocio que jamás hubiéramos imaginado. Solo un ejemplo: vimos que un grupo de militares a los que continuamente cambiaban de posición, dejaban pertenencias con las que no podían viajar a los militares que les sustituían”.
“2021 seguirá siendo un año difícil para los negocios tradicionales, que no verán la luz del modo en que estamos habituados”, apunta. “La nueva normalidad dependerá de lo que propongamos que sea implementado. Es importante validar primero cualquier solución o tecnología antes de implementarla, y pensar que no solo por ser tecnología ha de ser un éxito. Necesitamos bajar un nivel, ponernos en los zapatos de aquellos a los que afecta la brecha digital; entendernos y ofrecer soluciones a problemas que nos ayuden como humanidad a un mejor equilibrio y a democratizar las oportunidades”, concluye Carlos Toxtli.