"Cada vez hay más", suele ser una de las frases más recurrentes en el mundo del coche en torno al carsharing, lo que lleva a pensar que el modelo de coche compartido no ha llegado para quedarse, como muchos dicen, sino que realmente llegó hace tiempo y se quedó. De hecho, hay que remontarse a los años 40 en Suiza para encontrar el origen de este sistema. La primera implementación del servicio tuvo lugar en el programa Sefage en Zurich, concretamente en 1948, donde grupos de activistas preocupados por el medio ambiente compraron viviendas y flotas de coches en multipropiedad para crear una alternativa a la compra masiva de coches.
Sin embargo, en una contexto de motorización privada rápida y cada vez más barata que comenzó en la década de los 50, el uso compartido de automóviles carecía de atractivo. Todo lo contrario que en los tiempos actuales en España. Tanto es así, que la tendencia del coche compartido –reflejada en la gran variedad de opciones que las empresas proponen a la sociedad para alquilar estos vehículos– ha hecho replantearse a la industria algo que, décadas atrás, tan solo algunos 'iluminados' de la ecología hicieron: ¿es necesario tener un coche? Esta cuestión ha llevado a otra que quizá preocupe más al sector del automóvil: ¿desaparecerá en el futuro el coche en propiedad?
"En los próximos diez años veremos cómo el coche en propiedad caerá en un 80%", augura Mario Carranza, CEO de Amovens, compañía de movilidad colaborativa que tiene más de 1,5 millones de usuarios, pese a que "es complicado que en un país como España que apuesta por la propiedad vayan a dejar de comprarse coches". Su plataforma permite al usuario llegar a cualquier rincón de España a través de la combinación de servicios de renting, alquiler de coches entre particulares y viaje compartido. "Creemos que el futuro pasa por este triángulo, por eso planteamos una oferta radicalmente diferente a la de nuestros competidores".
Más tajante en este terreno se muestra Hans Christ, CEO de Bipi, aplicación que ofrece planes por días o suscripciones mensuales para acceder a un coche con entrega y recogida en cualquier punto de la ciudad, al sostener que "el coche en propiedad tiene los días contados, debido a que el ciudadano está cada vez más concienciado con el entorno que le rodea". La plataforma se sitúa como competidor de los diferentes servicios de carsharing que, según su Christ, “están muy sobrepoblados y se centran exclusivamente en trayectos cortos, como ir y volver del trabajo”.
LA PARADOJA DEL COCHE PARADO
Según la AEC (Asociación Española de Carsharing), la utilización del vehículo particular es muy baja: el 96% del tiempo está parado, y cuando funciona lo hace con una ocupación de una o dos personas máximo de media. "Los coches están hechos para circular y no para estar parados", señala el presidente de la AEC, Pau Noy. "Este aprovechamiento del coche", continúa, "lo representa a la perfección el carsharing", un modelo en el que confían de manera habitual más de medio millón de usuarios en España.
En una entrevista a este medio, Orazio Corva, Location Manager de car2go Madrid, pionero en el sector del carsharing de flota libre e integrante de los principales servicios de movilidad de Daimler AG, aseguraba que "el coche compartido se ha establecido de manera firme en España, con Madrid y Barcelona como escenarios de éxito". A finales de 2018, car2go comenzará a ampliar su flota en Madrid, añadiendo 450 smart EQ adicionales y completamente eléctricos a sus servicios en la capital española. Además, la flota incorporará por primera vez vehículos smart EQ forfour, coches completamente eléctricos de cuatro plazas. "El carsharing eléctrico juega un papel muy importante en el desarrollo de un nuevo, más limpio y más conveniente modo de viajar y moverse en la ciudad, sobre todo a raíz de la nueva regulación de movilidad aprobada por el Ayuntamiento de Madrid", señala Corva.
Competencia directa de car2go es emov, que lejos de quedarse atrás en la pelea del coche compartido, ha reforzado su servicio paquete de medidas entre las que se encuentra la inclusión de sillas de niño en parte de su flota para posibilitar que las familias con menores viajen seguras en coches eléctricos y compartidos. "Trabajamos para diferenciarnos de la competencia actual y la que está por llegar, ofreciendo una experiencia que supere las expectativas de nuestros usuarios. De ellos precisamente son de quienes hemos tomado nota para mejorar", comenta Fernando Izquierdo, director general de emov. Otra de las novedades destacadas de esta compañía es su alianza con la empresa de motosharing eCooltra, con la que ambas marcas apuestan por impulsar la movilidad sostenible en Madrid y Lisboa. Fruto de esta colaboración se lanzarán iniciativas conjuntas en las dos ciudades en las próximas semanas y los clientes de las dos compañías tendrán ventajas exclusivas en el otro servicio.
LOS GRANDES FABRICANTES SE UNEN AL JUEGO
Sin duda, finales de 2017 y comienzos de 2018 fue un periodo de cambios en el sector del carsharing, especialmente por la incorporación de nuevos players acostumbrados hasta entonces a la venta de coches: las grandes marcas automovilísticas. En diciembre del año pasado, Renault ponía en marcha, junto a Ferrovial Servicios, Zity, su primer servicio de carsharing en Madrid que comenzó a operar dentro del perímetro de la M-30 y al que se han ido añadiendo algunas zonas adicionales fuera de este anillo. El objetivo es ambicioso: fomentar el uso del vehículo compartido, además de convertirse en la primera opción a la hora de usar este tipo de transporte en España.
En febrero de este año, otros dos fabricantes ratificaban su apuesta por la movilidad compartida. Mientras que SEAT compraba Respiro, startup de alquiler de coches por horas en Madrid, e impulsaba a nivel interno junto a la Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería de Barcelona el concurso ‘SEAT Car Sharing 2025’, Kia Motors se aliaba con Repsol para potenciar la movilidad sostenible a nivel nacional y europeo a través de WiBLE, servicio de carsharing que facilita la movilidad y el aparcamiento, con vehículos 'zero emission'.
Por otro lado, el impacto del carsharing ha llegado también a empresas alejadas del mundo de automoción, como es el caso de Carrefour y Bluemove (de Europcar Mobility Group) que acaban de sellar un acuerdo para ampliar su servicio FurGo –solución de movilidad alternativa y sostenible que permite alquilar una furgoneta por horas para transportar compras y realizar todo tipo de portes–, abriendo un nuevo punto en el Supeco. De este modo, los clientes de este hipermercado podrán disfrutar de este servicio de vehículos por horas.