Anuario 10 aniversario

CCMIJU: en la carrera por ser los primeros

El Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón prueba las últimas tecnologías aplicadas a operaciones y lidera el proyecto TREMIRS
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Robot quirúrgico Versius.

Todo lo que se hace en un hospital se practica aquí primero. Un odontólogo que pone implantes. Una gastroscopia. Hacer uso de la robótica quirúrgica de última tecnología. Todo debe implantarse y probarse antes de llevarse a cabo. Y el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón (CCMIJU), en Cáceres, es la punta de lanza en este tipo de formación. Un centro público dependiente de la Junta de Extremadura que se dedica a la investigación sanitaria, a formar a profesionales sanitarios y a formar también en nuevas metodologías, así como a la innovación.

“Mucha gente no nos conoce, es cierto. Pero no es injusto: nuestra filosofía es esa, formar a profesionales. A nadie se le ocurre pensar en si un médico está preparado cuando está a punto de operarle el menisco, por ejemplo, o que no tenga destreza. Todos entramos en un hospital sabiendo que el profesional está cualificado. Y entrenado”, explica el Dr. Francisco Miguel Sánchez, director científico del CCMIJU.

El CCMIJU ha supuesto un
impulso a la imagen y a la
capacidad innovadora de
Extremadura

Pero no solo trabajan en formación. Hacen estudios específicos en ginecología, proyectos de biomateriales o pruebas con tecnología muy reciente, como la realidad virtual o aumentada. Eso ha sido gracias a trabajar con empresas, algo que “en Extremadura es relevante”, indica.

“Trabajar con empresas – de España, Israel o Alemania, entre otros países- ha permitido que podamos dar un salto para probar tecnologías y conseguir certificaciones de la Agencia Europea del Medicamento o la FDA norteamericana”, añade Sánchez.

Para él, la robótica quirúrgica no es algo nuevo, ya que se viene utilizando en las últimas dos décadas. Cuentan con dispositivos que permiten realizar cirugía de mínima invasión, el corazón de su actividad, pero son dispositivos a nivel clínico. Y ahí sí que es interesante desarrollar el fundamento del proyecto TREMIRS, financiado por los Fondos Feder, y que supone la gran punta de lanza de la innovación del CCMIJU.

En el centro dotan a estos sistemas de nuevas posibilidades, de herramientas para mejorar las capacidades que tienen de cara al futuro y mejorar sus aplicaciones en laparoscopia y en microcirugía. Contando en España y Portugal, hay más de 120 robots de este tipo -por ello repite aquello de que “no es algo nuevo”-. Pero con TREMIRS ya se trabaja en hospitales públicos. Y también va un paso hacia adelante porque permite una serie de ventajas claras, como mejorar la economía del cirujano o procesos quirúrgicos más avanzados. A nivel mundial, recuerda el Dr. Sánchez, hay una implantación mayor que en nuestro país.

Según el director científico del CCMIJU, TREMIRS nace del interés de la UE por patentar y desarrollar dispositivos relacionados con la robótica en Europa y competir así con el mercado asiático y norteamericano. Partiendo de ese interés, plantearon un proyecto de compra pública innovadora que pretende mejorar y ayudar a desarrollar soluciones innovadoras. “Esos dispositivos de robótica microscópica o laparoscópica se pueden mejorar e incrementar sus prestaciones para que pueda redundar en la mejora de pacientes”. Así, todo se intenta trasladar al robot, “porque la herramienta más sensible es la mano. No se consigue del todo esa ‘sensibilidad’, pero los resultados son mejores que a mano, por supuesto”.

El doctor Sánchez asegura que “este tipo de tecnologías permiten al cirujano mejorar su economía por varias razones. Este interviene en una consola y los movimientos de su mano los hace un robot. Además, tiene visión tridimensional, una imagen del paciente. Y la tecnología, el propio robot, permite ventajas como reducir el temblor fisiológico que tiene cada humano, en menor o mayor grado, por lo que todo es más preciso en sus maniobras”.

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Dr. Francisco Miguel Sánchez, director científico del CCMIJU.

Estos sistemas robóticos se utilizan para trasplantes de riñón, para pulmón, como el famoso transplante que se hizo en Vall d’Hebron, que se probó en Extremadura. También otras técnicas como la cirugía cerebral o del sistema nervioso, que requiere mucha precisión. En este proyecto, de hecho, se ha trabajado también supermicrocirugía, que permite una mayor destreza al disponer de una imagen 3D en alta calidad, y una mejor economía para el paciente, pues es una cirugía compleja.

Además, han conseguido mejoras en el instrumental, en las imágenes, en la fluorescencia y en optimizar la visión del cirujano. El planteamiento es sencillo: los que ya cuentan con dispositivos de última tecnología, trabajan con ellos y mejoran sus productos, que se dejan en una fase de introducción al mercado, “siempre y cuando suponga una mejora”.

En el caso del robot de laparoscopia, por ejemplo, utilizan el sistema en nuevos abordajes. En los tumores de recto y colon introducen los brazos del robot a través del ano, reduciéndolos. También en la cirugía torácica, con tecnologías complejas y nuevas prestaciones, introduciendo en el robot la fluorescencia, un colorante que, a través del sistema venosos y linfático, marca en color verde y azul algunas estructuras mientras se opera. “Con esta técnica se puede localizar muy bien un tumor, un nódulo linfático, que se pueda extirpar y proponer una cirugía mucho más precisa”.

Por otro lado, en el caso de la microcirugía, desarrollan nuevos instrumentos de forma que los tres milímetros que haya que operar para obtener éxito en una intervención del sistema nervioso no supongan un problema.

La tercera parte de TREMIRS sería es la introducción de las nuevas tecnologías, como realidad aumentada y virtual, para mejorar esa formación, que será muy relevante para el futuro. “Las próximas generaciones se formarán en este tipo de dispositivos, introduciendo esas nuevas tecnologías en el 5G”. El Dr. Sánchez se refiere a innovaciones que permitan desarrollar, ilustra, nuevas tecnologías de imagen que detecten mejor un cáncer.

Así, este proyecto de compra pública innovadora contiene dos retos: mejoras en el robot laparoscópico, que incluye una mejora robótica con fluorescencia y otro de entrenamiento portable para cirugía. Los residentes y especialistas del futuro utilizarán eso para entrenarse con un simulador.

“Y el segundo reto es desarrollar una plataforma robótica para microcirugía avanzada, que se opere el sistema nervioso con una precisión mucho mayor. Hay determinados procedimientos y el robot es una tecnología que permite abordar esa complejidad. Además de generalizar el uso de la cirugía robótica a nivel europeo e internacional”, resume.

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Robot quirúrgico Symani.

Para él, lo más positivo de todo el proceso ha sido la consulta preliminar al mercado. Explica: “Planteamos una serie de mejoras pero se tuvieron que presentar empresas para hacerlas. Lanzamos el reto tecnológico y las empresas plantearon la solución. Es un tema crítico. Podemos pensar desde el centro, o desde cualquier entidad europea, que se puede mejorar y estar con nuevas tecnologías. Pero las empresas que se presentan son las que desarrollan la tecnología”.

De hecho, a TREMIRS se presentaron 14 empresas internacionales, algo que no es habitual en este tipo de proyectos. Desde Medtronic, con el sistema Hugo, muy famosos en el ámbito sanitario innovador, hasta empresas o centros como Tecnalia.

“Con esas 14 empresas participantes tuvimos que hacer una evaluación y creo que ha sido positivo el poder trabajar con compañías de diferentes países. Ha sido muy positivo no solo para el centro, sino para la imagen de Extremadura”.

Aplicaciones reales con el foco en el paciente

En casos como el transplante en Vall d’Hebron antes mencionado, reitera el Dr. Sánchez, se puso la técnica a punto en un ensayo preclínico: la implantación del pulmón en el paciente receptor y comprobar la tecnología relacionada con el robot.

“Básicamente, en un órgano como el pulmón se unen venas, arterias y bronquios. Lo que se realiza es la cirugía del trasplante, y esa union, las anastomosis, fue con un sistema robótico. La cirugía fue correcta, perfecta; hicimos un seguimiento de los pacientes y vimos que era óptimo”, explica.

“Nosotros podemos llegar al hospital y mejorar a ese paciente, bien con el profesional, porque conozca técnicas, o bien con nuestra tecnología avanzada, con la que probar innovaciones como nuevos biomateriales, impresión 3D, nuevos catéteres”. Así es como se realizan las validaciones antes de trasladar al paciente al hospital. “Hasta tratamientos quirúrgicos como un problema de próstata. Se intenta siempre conseguir el mejor resultado en cualquier intervención”.

“Con respecto a los biomateriales: cualquiera de nosotros, cuando vamos al odontólogo, no suele pensar que ese material puede provocar rechazo, ostiomelitis. Pensamos que cuando nos lo colocan no vamos a tener problemas. Esos materiales se han testado más de 12, 13 o 14 años hasta determinar que es seguro”, asegura.

Y pone más ejemplos: el pasado junio, tuvieron un seminario en el CCMIJU sobre la donación de órganos y su análisis. Lo que a priori parece fácil, se convierte en un trabajo multidisciplinar en el que todo tiene que estar coordinado e integrado. Y eso solo se hace con formación, para que los profesionales aprendan y lo apliquen.

En la carrera de la medicina
hacia el futuro, el CCMIJU
ocupa los primeros puestos

El futuro de la cirugía

“Predecir el futuro es muy difícil. Está claro que la tendencia quirúrgica es muy tecnológica. Tecnologías como la robótica quirúrgica tienen una aplicación muy importante y llegan otras nuevas como la inteligencia artificial o el deep learning, que poco a poco se van integrando”, analiza.

Ahora aumenta la posibilidad de tener sistemas informáticos, imágenes médicas y ayudas al profesional sanitario para diagnosticar mejor un cáncer de malignidad. Según el director científico del CCMIJU, se trata de herramientas y tecnologías que poco a poco se van implantando y que tendrán un predicamento importante.

“Vivimos un momento muy tecnológico: hay tendencias como la impresión 3D, las bioprótesis, órganos artificiales, chips de órganos con fármacos. Y luego, de cara al futuro, todo parece indicar que nos encaminamos hacia la medicina personalizada o de precisión. Cada paciente es diferente, pero siempre ha sido estándar, algo peligroso: una dosis de un fármaco determinado tiene un efecto diferente en dos enfermos distintos”, advierte.

La posibilidad de crear prótesis o tratamientos médicos para cada paciente aumenta. La cirugía y la medicina mejorará mucho en ese sentido, asegura. Y ellos ya están trabajando en esta dirección. “Si esto fuera una carrera, el CCMIJU estaría en los primeros puestos”, afirma el Dr. Sánchez.

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