Patentada y desarrollada por el Centro Tecnológico ASCAMM, la tecnología USM (Ultrasonic Moulding) permite moldear microcomponentes para el sector industrial a través de la aplicación de ultrasonidos de alta potencia. Pero, ¿cómo actúan los ultrasonidos como fuente de energía? Hablamos con Mariona Sanz, directora de la Unidad de Innovación Empresarial de ACCIÓ, la Agencia para la Competitividad de la Empresa Catalana, quien nos explica que, a diferencia de otras fuentes de energía calorífica que se usan convencionalmente para fundir material, los ultrasonidos son ondas mecánicas que actúan de forma focalizada sobre las moléculas del polímero. “Se consigue así que el material fundido dé una mayor fluidez, que permite llenar las cavidades de un molde a baja presión, y al tratarse de energía focalizada, el consumo energético es mucho menor y no existe degradación térmica del material”, puntualiza Sanz.
Esta tecnología se ha implementado en la máquina Sonorus y el equipo resultante está capacitado para multiplicar la eficiencia en la fabricación de piezas de elevada precisión con materiales de alto coste. Por lo tanto, los mercados en los que se está introduciendo son aquellos en los que se desarrollan productos de muy alto valor añadido, como los dispositivos médicos, los elementos mecánicos de precisión (por ejemplo relojería) o la electrónica. Ámbitos en los que la miniaturización es ya una realidad. “No olvidemos -señala Mariona Sanz- que es difícil introducir una nueva tecnología en un mercado maduro como la inyección, pero la capacidad de Sonorus de moldear geometrías imposibles (molding the impossible) está abriendo el camino a la implantación de esta nueva tecnología capaz de obtener piezas que hasta el momento no era posible inyectar con las tecnologías disponibles en el mercado”. Un caso concreto en el que se está aplicando este avance es el de la rama industrial (MICROSON) de la empresa española especializada en corrección auditiva GAES, que utiliza esta tecnología en sus procesos de fabricación para mejorar la precisión, la calidad, la miniaturización y el tiempo de desarrollo de sus productos.
La tecnología USM obtuvo financiación en el marco de un proyecto europeo dentro del séptimo Programa Marco de investigación. ACCIÓ completó parte de la financiación necesaria para llegar a la fabricación de la máquina -la mencionada Sonorus 1G- que posteriormente está siendo industrializada y comercializada por Ultrasion SL (spin off de ASCAMM). Un equipo diseñado a la medida de los exigentes requerimientos de la microinyección; una máquina compacta, totalmente eléctrica y apta para ambientes de Sala Blanca, con tiempos de ciclo reducidos, ahorro energético de un 90% y disminución de hasta un 95% del rechazo de materia prima respecto al proceso de inyección tradicional.
La tecnología USM ha sido presentada en las principales ferias internacionales del sector (Dusseldorf, Orlando, Lucerna o Frankfurt). “Se han recibido más de 500 muestras de interés de las cuales ya se han concretado tres ventas en Estados Unidos, Polonia y Suiza. Ahora se está abriendo al mercado británico e israelí con expectativas muy optimistas”, concluye Sanz.
El Centro Tecnológico ASCAMM tiene una plantilla de 157 personas que trabajan en el desarrollo de conocimiento y tecnología industrial para sentar las bases de una reindustrialización sostenible en Europa. Cuenta con 48 patentes, 4 contratos de licencia de tecnología, 5 spin-off (Plastia, Neos Surgery, Hexascreen, Ultrasion y Torrot), 103 proyectos de I+D con 200 empresas, y 5 unidades conjuntas de investigación con empresas y centros de investigación en fabricación avanzada, nanotecnología, composites, criogenia y óptica. ASCAMM vivió también la fusión por absorción de iMat, el Centro de Tecnologías de la Construcción.