"España debe sumarse al conjunto de países europeos que lideran la digitalización, debiendo acelerar este proceso para intentar situarse entre los 20 primeros puestos del índice NRI (Networked Readiness Index) y entre los 7 primeros puestos del DESI (Digital Economy and Society Index)". Alcanzar este objetivo en el año 2025 implicaría que el PIB de ese año sería un 3,2% mayor y que se crearían 250.000 empleos adicionales, sostiene la CEOE en su 'Plan Digital 2025. La digitalización de la sociedad española'.
Sin embargo, su jefe del Área de Sociedad Digital e Innovación, César Maurín, critica que España lleve dos años sin una agenda digital sólida, lo que complica el camino. "Tener una hoja de ruta digital desde ya mismo es prioritario si queremos formar parte activa del futuro y mejorar nuestra economía", afirma. En este sentido, apostar por la I+D+i aplicada a las nuevas tecnologías "será un claro motor de empleo" en el próximo lustro para Maurín y la CEOE, para lo que "es fundamental que los líderes políticos estén convencidos de la importancia de la transformación digital".
Las 168 páginas del documento elaborado por la CEOE basan su estrategia en tres ejes: innovación, emprendimiento y educación. En este último aspecto, Maurín considera que "España tiene un enorme déficit, también a nivel digital". La competencia por el talento digital será creciente. Más aún en un contexto en el que el mercado laboral está cambiando y, como destaca el informe, "cambiará más radicalmente a medida que se vayan implantando nuevas tecnologías, lo que contribuye a incrementar el desfase entre oferta y demanda, provocando que una gran cantidad de puestos de trabajo se queden sin cubrir".
La Comisión Europea estima que en 2020 en Europa puede haber una demanda de perfiles digitales sin cubrir en torno a 500.000 puestos, en función de cuál sea la senda de crecimiento económico. "Somos conscientes de que la robotización destruirá empleos, pero también generará nuevas oportunidades. Pero no podemos afrontarlas sin una estrategia conjunta entre las empresas, el mundo de la educación y el gobierno", augura Maurín.