Disminuir los residuos generados en el sector del champiñón y su posterior valorización para la mejora de la productividad del sector agrícola. Esa es la premisa del proyecto Go Champlast, de la Asociación Profesional de Productores de Sustratos y Hongos de La Rioja, Navarra y Aragón (Asochamp) —y en la que Aimplas actúa como coordinador técnico—, que convierte residuos en recursos para un menor impacto ambiental.
Daniela Ramírez, investigadora en descarbonización en Aimplas, cuenta que el proyecto Go Champlast nace antes la necesidad de reducir la cantidad de residuo de sustrato generado en el cultivo del champiñón, de las setas de ostra y de residuos plásticos, ya que en Europa se generan más de 3,65 millones de toneladas anualmente de sustrato agotado y unas 15.000 toneladas de microplásticos cada año.
«Y para ello —explica— se plantea la obtención de biofilms compostables y la reutilización del sustrato agotado como fuente de materia prima para obtención de advanced char que sustituye a la turba convencional utilizada en el cultivo».
Así, la economía circular que se pretende alcanzar en el proyecto se basa en la reducción de los residuos plásticos que se generan mediante la biodegradación de los films compostables y la obtención del advanced char que puede ser utilizado por el propio agricultor.
¿Qué es el advanced char?
Ramírez se encarga de poner en contexto este término. El advanced char es un tipo de biocarbón obtenido a partir de dos procesos térmicos. El primer proceso es hidrotermal, es decir, la materia orgánica actúa en presencia de agua y temperatura dando lugar al hidrochar. El segundo proceso térmico implica someter el hidrochar a temperaturas superiores a 250ºC.
«El biocarbón o biochar sirve como sustrato para la eliminación de contaminantes tanto en suelo, agua o aire, sirve para la retención de agua o la captura de nutrientes para su aplicación en campo. En el proyecto Go Champlast el advanced char se utiliza como sustituto de la turba de origen fósil haciendo su papel de sustrato en el cultivo del champiñón», resume.
Por otro lado, la investigadora recuerda que los plásticos tradicionales que se utilizan en el cultivo del champiñón se obtienen de origen fósil y son monouso. Mientras que los plásticos desarrollados en el proyecto provienen de fuentes renovables y además son compostables, lo que quiere decir que se autodegradan en el medio.
Por último, cabe destacar que en este proyecto Aimplas es el encargado de desarrollar la formulación de dichos bioplásticos, Ingelia se encarga de la optimización de los procesos térmicos para obtener el advanced char, Asochamp se encarga de validar tanto los bioplásticos como el advanced char en el cultivo del champiñón y SAV valida el advanced char en el cultivo de plantas aromáticas, aprovechando también para extraer aceites esenciales de estas plantas y comprobar su efectividad como fungicidas en el cultivo de champiñón.