Según revela Business Insider, el 80% de los Millennials prefiere dar sus datos a un bot que a un humano, un dato que se complementa con el reciente estudio del Índice de Experiencia de los Clientes publicado por Aspect, en el que cuatro de cada 10 consumidores prefieren usar aplicaciones de mensajería para relacionarse con las marcas. Con el objetivo de ayudar a las empresas a conectar con clientes a través de las principales apps de mensajería instantánea como WhatsApp, Facebook Messenger o Telegram, nace Chatbot Chocolate, agencia española especializada en la conceptualización, diseño, desarrollo y entrenamiento de chatbots a medida.
«El reto es conseguir dotar de la mayor inteligencia posible a los bots para que no solo atienda a los clientes sino que interaccione con ellos», explica Ángel Hernández, socio fundador de Chatbot Chocolate. La compañía, formada por expertos en procesos de transformación digital con más de una década de experiencia en el sector mobile, se desmarca del resto de agencias a nivel mundial al contar con su propio framework para el despliegue de chatbots también en WhatsApp (Framework S.O.N.I) y con varias líneas de producto «destinadas a cambiar el futuro de sectores como la banca, seguros, retail y entretenimiento».
De acuerdo con la firma de investigación Gartner, en 2020 más del 85% de los centros de atención al cliente serán virtuales. A pesar de que lo chatbots cuentan con una altia tasa de introducción en países como Estados Unidos o Inglaterra y han demostrado su potencial en muchos sectores, en España todavía son pocas las empresas que se han lanzado a ofrecer sus servicios en las apps de mensajería a través de chatbots ante las dificultades para desplegar bots en WhatsApp. «Diseñamos y desarrollamos chatbots capaces de comunicarse con los seres humanos, utilizando la inteligencia artificial e imitando la forma en la que funciona el cerebro humano a la hora de mantener una conversación. Estas interfaces conversacionales hacen que las marcas puedan interactuar con sus clientes o con sus potenciales clientes de una forma más cotidiana, lo que entre otros, repercute en la mejora de los tiempos de respuesta o en el volumen de datos capturados, todo ello según el objetivo que persiga cada marca o empresa”, apunta Hernández.