Chema Alonso, ‘Chief Digital Officer’ de Telefónica, se toma en serio la importancia de jugar con sus dos hijas y el peso que tienen los cuentos en su proceso de crecimiento. “Me inventaba muchas historias. Una de ellas es ‘El Dragón Matías’, que fue tan importante que acabé haciéndome un disfraz a medida”, ha recordado este miércoles durante su charla en South Summit. También con ellas veía los libros de pictogramas en los que el peso de la imagen superaba a la palabra. Y se le ocurrió darles una vuelta con su equipo de “Ideas locas”. Cambiaron el papel por la pantalla y crearon una historia multimedia con inteligencia artificial. “Para dar un paso más allá, para hacer que el niño disfrute más”, ha explicado.
El procedimiento consiste en que la cámara frontal del aparato electrónico capta la pupila del ojo y el lugar de la pantalla donde se dirige a través de Eye Gazing, un servicio cognitivo de visión artificial. De esta forma, la narración avanza cuando el usuario posa su mirada sobre un personaje y de su boca sale el icónico bocadillo de cómic con las palabras que dice.
Comenzaron haciendo una prueba con «El gigante de los juguetes«, una de las improvisaciones que inventó para sus hijas. Luego se sumó el equipo de diseño gráfico y elaboraron unas versiones para Ipad y Iphone. Más adelante, el periodista Javier Padilla dibujó una página de un cómic con algún pasaje de su protagonista Mara Turing –una niña cuyas aventuras se desenvuelven entre la acción, el hacking y la adolescencia– para que pudieran trabajar con estas tecnologías. El resultado es poder contemplar esas imágenes y viñetas mientras se escuchan sonidos, una melodía, un narrador y las voces de los personajes. “Los cuentos son parte de la educación”, resume, “y la inteligencia artificial los hace más chulos”.
Chema Alonso también ha participado en el Proyecto Maquet, en el que gracias a la tecnología conseguía imitar el lenguaje del escritor Arturo Pérez-Reverte. “Me gusta mucho su personaje Alatriste. Este tipo de novelas tienen un único ambiente, ritmo, huelen a lo mismo… Quisimos crear un modelo que reconociera su estilo de escritura e hiciera que un texto que originalmente no se parece nada, se acercara a lo que haría Pérez-Reverte”. También añadieron algunos pasajes de “El Quijote”, ya que, según asegura, tienen similitudes.
Esta herramienta puede incluso ser útil para deducir a qué autor pertenece un libro anónimo. La pregunta del reconocido autor entonces fue: “¿Se puede disimular a un escritor mediocre con inteligencia artificial?”. La respuesta de Alonso es que quizás: “Pero no sé puede llegar a lo que hace un autor, porque él ve la obra completa, la sonoridad completa”.