ICEX-España Exportación e Inversiones, junto al Foro de Marcas Renombradas, ha analizado las oportunidades que China ofrece a las empresas españolas en la etapa poscoronavirus. El organismo cuenta con cuatro Oficinas Económicas y Comerciales en el país asiático para ayudar a estas compañías a entrar en un mercado ventajoso pero también complejo.
María Peña, consejera delegada de ICEX, defendía la importancia de tratar de generar certidumbre, con una estrategia a medio y largo plazo para ser menos vulnerables frente a futuras situaciones extraordinarias. “Es iluso pensar que el mundo será igual después del COVID-19. Ya veníamos de cierta ralentización, de guerras comerciales y tensiones proteccionistas. Al menos en el medio plazo, el intervencionismo se incrementará. Hay que tomar decisiones de calado en un marco muy incierto, con variables desconocidas y restricciones de movilidad”.
Para paliar los efectos de estos obstáculos, Peña ha aludido a la necesidad de incrementar la presencia en los mercados de destino, potenciar la digitalización de la producción y la venta, y apostar por la sostenibilidad en la estrategia corporativa. La consejera delegada de ICEX ha resaltado los beneficios de apoyarse una vez más en el sector exterior –“mejor preparado que en 2008, cuando se convirtió en un pilar de crecimiento”- para remontar y salir de la crisis. “El ICEX puede acompañar a las empresas en escenarios inciertos. Ofrecemos cercanía y una visión flexible y pragmática de los mercados”, añadía Peña.
China: más aperturismo y más empleo
Carlos Tórtola, consejero jefe de la Oficina Económica y Comercial de España en Pekín, ha analizado la evolución de la pandemia en China donde, a excepción del reciente rebrote en Pekín, ya controlado, la normalidad empieza a imponerse. Con la situación sanitaria estabilizada, los esfuerzos se centran en impulsar la economía. Tórtola ha indicado cómo el gigante asiático intenta reponerse de un doble shock. “Si bien asistimos a la recuperación de la oferta, la demanda se muestra aún cautelosa, con indicadores negativos en el mes de mayo en un entorno deflacionista”.
En el primer trimestre de 2020, los beneficios de las empresas chinas cayeron un 37 % y 500.000 negocios echaron el cierre. “La novedad en el país es el desempleo, apuntaba Tórtola, con entre 60 y 100 millones de puestos de trabajo destruidos entre marzo y abril”. El consejero jefe de la Oficina Económica y Comercial de España en Pekín ha expuesto cómo la reacción de las autoridades no ha estado enmarcada en un plan de estímulo integral como sí sucedió en la crisis de 2008. “Por primera vez desde 1990 el objetivo no es el crecimiento, sino la estabilidad del mercado laboral con algunas medidas novedosas, como el reparto de cupones para estimular la demanda interna”.
Decisiones en política monetaria y fiscal, y las inyecciones a sectores estratégicos para la creación de puestos de trabajo “hacen que la reactivación de la economía ya sea una realidad”. Tórtola ha indicado que, según el FMI, sólo China tendrá un crecimiento positivo en 2020. “Existe una oportunidad para las empresas españolas. China será el primer país en salir de la crisis y volverá a ser el principal mercado de consumo del mundo, como lo era antes de la pandemia, una razón de peso para las empresas exportadoras españolas”.
Otras de las novedades explicadas por Carlos Tórtola tiene que ver con un mayor aperturismo. Las autoridades han publicado una lista actualizada de los sectores restringidos a la inversión extranjera, que han pasado de 40 a 33. “Animo a las compañías españolas a que explores el mercado chino en sus proyectos de internacionalización y a que se apoyen en ICEX para dar el paso. Es un mercado complejo donde aportamos un importante valor diferencial en el asesoramiento sobre quién es el socio idóneo, la zona en la que implantarse y resolver trabas burocráticas”.