Hace unos meses, Navantia y Telefónica hicieron pública su intención de diseñar, desarrollar y comercializar servicios de ciberseguridad. Ahora, ambas compañías han empezado a trabajar en un sistema de ciberseguridad, pero dirigido a los submarinos S-80, para lo que están contando con la colaboración del Ministerio de Defensa, que será quien exija los requisitos para los nuevos escenarios planteados.
El objetivo de este sistema de ciberseguridad y ciberdefensa es que se garantice una alta comunalidad con la que se incorporará en las nuevas fragatas F-110, cuya construcción se iniciará próximamente. Ambos sistemas, el destinado a los S-80 y el de las F-110, serán desarrollados por Navantia teniendo como socio a Telefónica Tech en su división de Ciberseguridad.
La ciberseguridad de los submarinos
Por un lado, Navantia suministrará los armarios de ciberdefensa de cada submarino de la serie. Asimismo, en el comunicado se indica que se “realizará el desarrollo de la ingeniería de sistemas y el de la ingeniería de seguridad y la integración de los principales sistemas del submarino en la ciberdefensa. Además, se facilitarán los entornos de pruebas en laboratorio o LBTS (Land Based Test Site) para el desarrollo y calificación del sistema de ciberdefensa".
Por otro lado, la ciberdefensa de los submarinos S-80 dotará a los principales sistemas del submarino de protección ante ciberataques o intentos de intrusión. “Del mismo modo, monitorizará, en tiempo real, el funcionamiento del sistema de combate, el sistema integrado de control de la plataforma y el sistema avanzado de comunicaciones, alertando ante la detección de cualquier posible amenaza”.
Cabe destacar también que su avanzado sistema de registro permitirá la realización de análisis forenses, “lo que posibilitará el estudio de las incidencias para identificar su procedencia, el grado de la amenaza y el mecanismo usado para la intrusión para adoptar las acciones correctivas pertinentes.
Los submarinos S-80
Los submarinos S-80, según Navantia, son un submarino convencional oceánico de nueva generación, con diseño y construcción completamente español. Destaca por su propulsión anaeróbica AIP denominado BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology), de tercera generación, que consta de un reformador de bioetanol para producir hidrógeno, que a su vez reacciona con oxígeno en una pila de combustible generando electricidad. “Este sistema permite extender su autonomía en inmersión hasta tres semanas, lo que reduce sustancialmente su nivel de detectabilidad”, aseguran.
El submarino, altamente automatizado, cuenta con un sistema de control de plataforma de última generación desarrollado por Navantia Sistemas que permite ser operado por una tripulación reducida (32 marinos y 8 plazas para el embarque de personal adicional), capaz de alcanzar una velocidad en inmersión superior a los 19 nudos, y una cota máxima de inmersión mayor de 300 metros. Tiene aproximadamente 80 metros de eslora, 7 m de diámetro y cuenta con un desplazamiento en inmersión de unas 3.000 toneladas.
Asimismo incorpora un sistema de combate desarrollado por Navantia Sistemas en colaboración con la empresa estadounidense Lockheed Martin, con capacidad, única (para OTAN y UE) entre submarinos convencionales de características similares, de lanzar misiles tácticos de ataque a tierra.