Un trabajo conjunto del CIC biomaGUNE, la Universidad de Trieste y SISSA, con la financiación de la Fundación AXA Research, abre nuevos horizontes en el campo de la reparación de los tejidos nerviosos dañados.
La investigación, publicada en la revista ACS Nano, ha logrado que, mediante la modificación química dirigida de los nanotubos de carbono, se obtengan materiales innovadores capaces de modular la actividad de las células nerviosas
Los nanotubos de carbono autosoportados, capaces de adquirir la forma deseada gracias a un tratamiento químico especial llamado reticulación, también son capaces de funcionar como sustratos para facilitar el crecimiento de las células nerviosas, modulando delicadamente su crecimiento y su actividad.
El trabajo, en el que intervienen los científicos Laura Ballerini, de SISSA, y Maurizio Prato, AXA Chair e Ikerbasque Research Profesor en CIC biomaGUNE, se traduce en un nuevo e importante paso hacia la construcción de interfaces neuronales para la reparación de lesiones medulares
Regeneración de tejido nervioso
El ya mencionado proceso de reticulación, según explica el profesor Prato, ha proporciona a los nanotubos de carbono “características muy interesantes”. “El material se organiza de manera estable según una forma precisa, previamente elegida por nosotros; por ejemplo, la de un tejido en el que deben implantarse las células nerviosas”.
“Sabemos por investigaciones anteriores que las células nerviosas crecen bien sobre los nanotubos de carbono y, por lo tanto, que se podrían utilizar como una superficie para construir dispositivos híbridos para la regeneración de tejido nervioso –continúa–. Sin embargo, había que asegurarse de que esta modificación química no comprometa este proceso y estudiar los efectos que podría tener sobre la interacción con las neuronas”.
En relación a los híbridos biosintéticos, el investigador subraya que han descubierto “que el tratamiento químico tiene efectos importantes porque a través de este tratamiento podemos modular la actividad de las neuronas en cuanto a su crecimiento, adhesión y supervivencia. No sólo eso, sino que también se puede regular la comunicación entre neuronas por medio de estos materiales. En resumen, podemos decir que la capa de nanotubos de carbono reticulados interactúa de forma muy intensa y constructiva con las células nerviosas”.
Esta interacción depende de cómo se vinculan los diferentes nanotubos de carbono entre sí, es decir, de su reticulación. Cuanto menor es el número de enlaces entre los nanotubos, mayor es la actividad de las neuronas que crecen en su superficie, señalan desde el CIC biomaGUNE. Se puede regular la respuesta de las neuronas a través del control químico de sus propiedades y de los vínculos entre ellas.