¿Qué son los ciclos combinados? ¿Por qué son tan importantes? ¿Cómo encajan en el nuevo mundo de las renovables? Estas y otras preguntas se han intentado contestar en una jornada informativa organizada por Fundación Naturgy, que, junto a PwC, ha realizado un informe llamado ‘Pasado, presente y futuro de las centrales térmicas de ciclo combinado’.
En el evento, Roxana Fernández, manager de Consultoría Especializada en Energía de PwC España -y una de las autoras del informe- se encargó de explicar el mundo de los ciclos combinados, sobre todo relacionándolos con las energías renovables.
“Nos hemos preguntado, ¿los ciclos realmente operan como se diseñaron? ¿Los ciclos aportan seguridad de suministro? ¿Tenemos margen de maniobra? ¿No lo tenemos?”, se preguntó primero.
“El análisis histórico de esta tecnología constata que los ciclos combinados se diseñaron para ser una tecnología principal en la generación de electricidad, aportando capacidad firme y generando una parte significativa de la energía, sin embargo, tanto ahora como en el futuro, su papel se centrará más en proporcionar respaldo y flexibilidad”, recogió Innovaspain.
Los ciclos combinados
Las centrales termoeléctricas de Ciclos Combinados de Turbina de Gas (los CCGT) son plantas de generación de electricidad que combinan dos procesos diferentes: la combustión de gas natural, impulsando una turbina de gas, y el aprovechamiento del calor generado para la producción de vapor, impulsando una turbina de vapor. Esta configuración híbrida permite aprovechar de manera eficiente la energía contenida en el gas natural y aumentar la eficiencia global del sistema.
En la actualidad, cabe recordar, estos ciclos combinados constituyen el 21% de la potencia total instalada de generación eléctrica peninsular, lo que sitúa a esta tecnología como “la segunda con mayor peso”, indicó Fernández, en cuanto a potencia instalada se refiere, en el mix de generación, justo por detrás de la eólica.
“Ahora, el gobierno estima que siga siendo necesario para aportar respaldo a su flexibilidad, aún más con la masiva entrada de renovables. Dicho lo cual, en términos de energía, su aportación se está reduciendo”, indicó.
Y es que, si bien fueron diseñados para aportar energía, ahora mismo las dos características principales que están definiendo su aportación al sistema son “la capacidad de respaldo, que es su capacidad de estar disponibles para cubrir sus picos de demanda, y su capacidad de ser flexibles. De acompañar, por ejemplo, las rampas de entrada y salida de la solar y de funcionar en momentos para cubrir demandas que vienen en el último momento”.
Del mismo modo, adelantó que, en 2030, España podría contar con un parque de ciclos “que prácticamente arrancaría todos los días del año para acompañar la entrada y salida de tecnología fotovoltaica, como ya ocurre con algunos ciclos actualmente, lo que obligaría a llevar al límite las características técnicas de funcionamiento para la que fueron diseñados”.
El futuro
Fernández también señaló que, a medida que la demanda y la generación de energía se vuelvan más intermitentes debido a la expansión de las fuentes renovables, “los ciclos combinados se volverán esenciales para mantener la estabilidad en el sistema eléctrico”.
“¿Por qué? Porque, como hemos dicho, aunque las renovables van a entrar y van a cubrir parte del volumen que ahora mismo ocupan los ciclos, sobre todo en las horas centrales del día, la realidad es que no cubren todas las horas y no todos los días”.
En definitiva, el peso de los ciclos combinados en el mix de generación eléctrica español “ha crecido y lo seguirá haciendo de cara a 2030, no tanto en términos de generación de energía, pero sí en su capacidad de aportar respaldo y flexibilidad al sistema”.