Como una forma de generar conciencia en los futuros ciudadanos, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) anunció a mediados de marzo el lanzamiento de una guía escolar para el desarrollo de proyectos ambientales. Esta se centrará en iniciativas que giren en torno a la calidad del aire y la contaminación acústica.
Esta medida se enmarca en la denominada “ciencia ciudadana”. De tal manera que fomente la participación no profesional de voluntarios en el ámbito que aborda la guía. Según fuentes del MITECO, busca establecer directrices comunes mediante una adhesión voluntaria a estos proyectos. Si bien este documento está a disposición de cualquier centro, no se hará un registro acerca de los centros que las están poniendo en marcha.
Aunque sí se tiene claro desde el ministerio que el perfil al que quieren llegar es al alumnado de Primaria. Más en concreto, al que oscila entre los 8 y los 12 años, si bien “podría adaptarse” a estudiantes de mayor y menor edad, precisan dichas fuentes.
Una vez elaborada la guía por parte del MITECO y facilitada a toda la comunidad educativa, es turno de los equipos coordinadores. Estos podrán componerse de personas externas a los centros escolares, como expertos de organizaciones, instituciones o empresas relacionados con experiencia en materia de evaluación de la calidad del aire.
En cualquier caso, este será el encargado de coordinar las campañas de muestreo en los diferentes centros. Y también de darles las instrucciones precisas para el desarrollo del proyecto, de acuerdo con las indicaciones recogidas en la guía.
Una amenaza real para las generaciones de hoy
Aunque ha habido avances, los problemas de contaminación atmosférica siguen siendo muy importantes en Europa y en España. Una mala calidad del aire comporta impactos en salud que se traducen en más muertes prematuras por afecciones respiratorias o cardiovasculares.
Junto a la calidad del aire, el ruido es un factor ambiental con graves efectos sobre la salud pública. En muchas ocasiones, las mismas fuentes de contaminación atmosférica actúan como emisores de ruido o vibraciones. Implican riesgos y daños para la población y amenazan el buen desarrollo de distintas actividades. La población vulnerable, como niños y niñas y personas mayores, es especialmente sensible a estos problemas.
Por eso, la guía pretende involucrar a toda la comunidad educativa para poner las bases de unas generaciones futuras más sensibilizadas sobre su entorno. Con especial hincapié en que desarrollen comportamientos más sostenibles, saludables y respetuosos con el medio ambiente.
En esa línea se expresó el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, el pasado 24 de marzo durante el acto ‘Infancia y calidad ambiental. Aire limpio en las escuelas’. “Si los escolares son capaces de traducir a su comportamiento lo que supone implementar la ciencia en la toma de decisiones personales, un adulto también podrá hacerlo. Los escolares pueden ser sus mejores transmisores al conjunto de la ciudadanía".
Durante este, se puso de manifiesto que los proyectos contribuyan a mejorar el conocimiento sobre la calidad del aire en los centros. Así, se incrementará la concienciación sobre el problema de la contaminación atmosférica y sus efectos en la salud.
De este modo, esta iniciativa fomentará la movilidad sostenible y el cambio hacia medios de transporte menos contaminantes. Por otro lado, gracias a la guía también se promueven nociones básicas sobre el concepto de ruido y los efectos negativos para la salud.
