Investigadores del A.C. Camargo Cancer Center, de São Paulo (Brasil), han descrito un conjunto de 26 genes con potencial para transformarse en biomarcadores de agresividad para un subtipo de cáncer de seno conocido como carcinoma ductal in situ (CDIS).
Este trabajo, publicado recientemente en la revista Oncotarget, ha contado con el apoyo de la FAPESP y se llevó a cabo bajo la coordinación de la investigadora Dirce Carraro, del Laboratorio de Genómica y Biología Molecular del referido centro.
“De confirmarse mediante la realización de nuevos estudios, este descubrimiento ayudará a personalizar el tratamiento de esta enfermedad y librará a pacientes con lesiones consideradas indolentes de abordajes clínicos más agresivos, tales como cirugías y radioterapia”, afirma Carraro en una entrevista concedida a Agência FAPESP.
De acuerdo con la explicación de la investigadora que recoge la Agencia Dicyt, se encuadran en la clasificación de ductales in situ los casos en los cuales las células tumorales, de origen epitelial, aún se encuentran confinadas dentro de los ductos lactíferos, canales por donde fluye la leche durante el período de amamantamiento. No existen en la actualidad biomarcadores capaces de predecir cuáles de esas lesiones tienen potencial para transformarse efectivamente en una enfermedad invasiva, capaz de llegar a los tejidos adyacentes y provocar metástasis, y cuáles pueden permanecer relativamente estables e indolentes a lo largo de la vida, sin erigirse en una amenaza para la paciente.
“Alrededor del 30% de las lesiones que se detectan en las mamas actualmente recibe el diagnóstico de carcinoma ductal in situ –explica Carraro-. La tendencia indica que ese porcentaje aumenta a medida que evolucionan los métodos de diagnóstico, toda vez que se trata de pequeñas lesiones no palpables, pero que pueden detectarse durante el rastreo. Por eso hoy en día existe un esfuerzo que apunta a hallar biomarcadores que ayuden en la evaluación del pronóstico y en la planificación terapéutica”.
Lista de 26 genes
El equipo del Laboratorio de Genómica y Biología Molecular viene estudiando desde hace alrededor de 10 años de qué modo se encuentra alterada la expresión de los genes en las lesiones que exhiben capacidad para invadir los tejidos adyacentes al conducto mamario. En un trabajo publicado en 2008, el grupo de Carraro sugirió que esa modificación en la expresión génica ocurre antes incluso que la alteración morfológica, es decir, antes de que las células tumorales logren salir efectivamente de su lugar de origen para invadir tejidos vecinos.
El nuevo trabajo publicado en Oncotarget, con la colaboración de investigadores del Hospital Sirio-Libanés y de la Universidad de São Paulo (USP), en su sede de la ciudad de Ribeirão Preto, refuerza esa hipótesis y presenta una lista de 26 genes cuya expresión en general se encuentra disminuida en las lesiones consideradas más agresivas: AZGP1, CAMP, EDN1, EPOR, GRB10, INPP1, MAPK8, P4HB, RARRES3, ALSM1, ANAPC13, ARHGAP9, CHRNB1, CPN3, CTTNBP2NL, HLTF, LSM4, RABEPK, REC8, UTP20, CLNS1A, FCGR3A, POSTN, SAA1, SLC37A1 y TFF1.
Para arribar a estas conclusiones, el grupo ha analizado la expresión génica de 63 muestras tumorales congeladas en el Biobanco del A. C. Camargo Cancer Center. Dichas muestras han quedado divididas en tres grupos que mimetizaban los distintos estadios de progresión de la enfermedad.
Mediante métodos considerados abarcadores como el de microarray, se ha comparado la expresión de más de cinco mil genes en los tres grupos. “Observamos una gran diferencia en la expresión de esos 26 genes cuando comparamos el estadio inicial con el estadio intermedio –continúa la investigadora-. Sin embargo, la diferencia es pequeña cuando se compara el estadio intermedio con el estadio más tardío. Esto refuerza la idea de que el cambio en la expresión de los genes antecede a la alteración de la morfología”.
El grupo de Carraro cree que ese panel de 26 genes constituye una firma capaz de diferenciar a los tumores que requieren un tratamiento más invasivo. Y un nuevo estudio ya se encuentra en marcha con miras a evaluar la utilidad clínica de ese hallazgo, en este caso con muestras tumorales extraídas para biopsias y posteriormente almacenadas en parafina.