Los virus han sido históricamente factores poderosos para dañar a los pueblos indígenas de América. Y es que el contacto de estos pueblos con enfermedades virales del resto del mundo tiene tan solo 500 años. Pero además de su historia de susceptibilidad a las epidemias, muchas de estas comunidades aisladas carecen de puestos médicos, doctores y medicamentos básicos.
Por ello, los pueblos indígenas de la Amazonía enfrentan con miedo al nuevo coronavirus (SARS-CoV-2). Hasta ahora al menos 17 personas han dado positivo, y hay tres fallecidos, según datos del Ministerio de Salud, aunque las asociaciones estiman que hay más. La enfermedad se ha propagado entre los yanomami a través de los mineros que entraron ilegalmente en territorio indígena.
Frente a esta situación, dos ecólogos del Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía han publicado hace unos días en la revista Science una carta en la que piden al gobierno brasileño medidas para proteger a estas comunidades.
En el artículo, los autores Lucas Ferrante y Martin Fearnside denuncian que el presidente Jair Bolsonaro, que destituyó hace unos días al ministro de Salud, Henrique Mandetta, ha negado repetidamente la gravedad de la pandemia y ha transmitido información engañosa y mensajes mixtos sobre cómo responder, abogando por el uso de hidroxicloroquina y el fin de la cuarentena.
“La evidencia científica actual contradice estas recomendaciones, y el discurso del presidente pone en riesgo a la población de Brasil”, advierten.
“Bolsonaro va en dirección contraria a todos los líderes mundiales, es una amenaza para toda la población brasileña, y claramente ya no puede ser presidente. Ayer, presenté una solicitud de destitución a la Cámara de Diputados. Las medidas favorecidas por el presidente de Brasil, como el ‘aislamiento vertical’ (para confinar solo a personas consideradas de riesgo) o la ruptura parcial del aislamiento, entran en conflicto con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y los estudios científicos, poniendo así en peligro a toda la población de Brasil”, cuenta Ferrante en entrevista con Innovaspain.
Brasil sigue siendo el país con más casos de América Latina con 40.814 confirmados este martes y 2.588 fallecidos. El sistema de salud pública en el estado de Amazonas ya se ha “derrumbado”, según un comunicado del alcalde de la capital de este estado. “Se trata de una crisis de salud, y cuanto más rápido se supere, más rápido podrá recuperarse la economía”, añade Ferrante.
Una oportunidad para el planeta
Con el confinamiento, las emisiones de CO₂ en el mundo han caído dramáticamente, el precio del petróleo está cayendo en picado a precios negativos, como nunca antes había sucedido. Los efectos de la COVID-19 en la reducción de la contaminación fueron tan fuertes que “China alcanzó sus objetivos de reducción de contaminantes para 2030. En muchos países, los animales salvajes volvieron a lugares normalmente sometidos a una intensa actividad humana”, agrega Ferrante. Definitivamente, el mundo está sacudido por esta pandemia.
Pero ¿es esta realmente una oportunidad para el planeta? “La deforestación en el Amazonas casi se ha duplicado. Creo que este puede ser un período de resiliencia para algunas partes del planeta, y realmente muestra que es posible cambiar el impacto humano”, concluye.