Los residuos de papel que producen las empresas podrían convertirse en alternativa de alimentación para vacas lecheras del municipio colombiano de Ubaté, según una propuesta científica de la Universidad Nacional de Colombia.
El proyecto empezará con una docena de ovinos de la misma región (Ubaté), dado que, como pequeños rumiantes –aunque en una escala inferior-, poseen el mismo metabolismo del ganado vacuno. Esa es la apuesta del zootecnista de la Universidad Nacional, George Jaime Tenjo, para atacar dos problemas en la región. Primero, evitar que estos residuos se conviertan en contaminantes, y segundo, que se conviertan al mismo tiempo en ración para los animales, algo que puede ser muy útil en épocas de escasez de alimentos para los pequeños y medianos productores.
La falta de lluvias durante ciertas frecuencias de tiempo incide en la ausencia de forraje o pastos para alimentar el ganado. Dado que los residuos de papel tienen un componente de celulosa, que también forma parte en una proporción del que tienen los pastizales, este puede reemplazarse en la nutrición del ganado, señalan desde la Agencia Dicyt.
Con este proyecto, se espera que cerca de 300 productores de la región de Ubaté tengan insumos para contrarrestar los efectos de falta de alimentos, cuando la situación climática así lo determine. Esto es posibles gracias a que la microflora intestinal que tienen en el rumen ovinos y bovinos posee la capacidad de degradar la celulosa, componente presente tanto en el pasto como en el papel. “Se conjugan una serie de bacterias que actúan sobre el sustrato, en este caso la celulosa, para llevar a cabo una fermentación y dar energía al animal”, explica el zootecnista.
Según George Jaime Tenjo, el déficit de precipitación, que produjo escasez de forraje o pasto, demostró que los pequeños productores de esta reconocida cuenca lechera no están preparados para tales contingencias. En términos generales, Ubaté no cuenta con una gran disponibilidad de agua a lo largo del año.
Si los pequeños y medianos productores no están preparados para un nuevo fenómeno, “pueden enfrentar problemas serios: muerte de animales, tener que venderlos porque no tienen qué darles de comer, y los que tienen un poco de material, probablemente, no van a alcanzar las producciones que normalmente deberían tener”, afirma el experto.