El tereftalato de polietileno, más conocido como PET, tarda en descomponerse entre 500 y 1.000 años. Se trata, por tanto, de un problema de contaminación ambiental a nivel mundial que investigadoras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han decidido afrontar desarrollando enzimas capaces de degradar polímeros complejos en un tiempo de dos a cuatro semanas.
La investigación se inició hace 20 años, cuando las científicas mexicanas descubrieron que el hongo Aspergillus nidulans produce la enzima cutinasa. “Hicimos un estudio y detectamos cuatro genes de cutinasas; los aislamos, clonamos e incorporamos a la levadura Pichia pastoris, que comúnmente se utiliza como sistema de expresión de genes de otros microorganismos, y los multiplicamos en un fermentador”, describe la doctora Amelia Farrés para la Agencia ID.
La investigadora Carolina Peña afirma que el equipo universitario que ha encontrado dicha enzima, capaz de degradar PET en poco tiempo, es pionero en América Latina en este campo. El trabajo ya ha concluido su desarrollo a nivel laboratorio y las científicas buscan ahora escalarlo para que sea aplicado a nivel industrial.
Además, ha obtenido el tercer lugar del Programa de Fomento al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI) de la Coordinación de Innovación y Desarrollo (CID), que fomenta la propiedad industrial y la innovación en esta casa de estudios.
Esta innovación pretende ser una solución para la eliminación de los residuos, de los cuales se generan en México cerca de 722 mil toneladas anuales. Según cifras de la Cámara de Diputados, cada mexicano ingiere 163 litros de refresco al año, la mayoría envasados en PET.