“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”. La frase del poeta libanés Khalil Gibran (1883-1931) –conocido como ‘el poeta del exilio’– es más de un siglo después aplicable a cualquier ámbito de la vida. Más aún cuando el COVID-19 parece haber dejado una larga sombra de incertidumbre en todos los sectores. Y así, entre los nubarrones del coronavirus, es como el cine –como ha hecho en otros momentos dificultosos de su historia– siempre logra resurgir.
El séptimo arte se ha tatuado en el corazón aquello de “no hay tiempos malos porque pueden venir peores”. O dicho de otra forma: ni los tres meses de parón en las salas, ni el brutal crecimiento durante el confinamiento de plataformas como Netflix, HBO o Movistar Plus, entre muchas otras, o incluso el miedo a que el espectador prefiera el homecinema a pagar una entrada lograrán acabar con la gran pantalla.
“El cine es el cine. Y tiene una serie de características y un saber hacer que siempre lo hace y lo hará especial”. Así de claro lo expresa Josetxo Cerdán, director de la Filmoteca Española. A su juicio, los días de cine en sala no están acabados, aunque sí que reivindica al sector un cambio de estrategia de cara, por ejemplo, a promocionar las películas. “Los espectáculos cinematográficos deben buscar formas de promoción más específicas. No todas las campañas sirven para todas las películas. El modelo pasa por colocar cierta exclusividad”, explica.
En la llamada ‘nueva normalidad’ se dan por hecho los protocolos de higiene y seguridad. Las salas saben que parte del éxito en los próximos meses pasa por garantizar que quien vaya al cine no se topará con colas, salas sucias o podrá pagar vía contactless para no manipular tickets. “Ya es poco placentero llevar una mascarilla o tener la presión psicológica de lavarse las manos constantemente como para que el cliente encima no se encuentre bien en la sala”, sostiene Ramon Biarnés, Managing Director de Cinesa para España, Italia, Portugal y Alemania.
Las medidas de seguridad del sector están pactadas con el gobierno central y con los gobiernos locales. Pero como subraya Biarnés, no valdrá solo con lo acordado. “Para que el cliente recupere la confianza va a ser prioritario un refuerzo en la formación profesional de los empleados. Si todo lo que viene en estas semanas se percibe como algo normal, el cliente recuperará la confianza y las ganas de ir al cine. Las medidas pueden parecer exageradas o no, pero son las correctas y es lo que hará que el cliente se sienta bien”.
De hecho, este factor se ha convertido en la pregunta del millón: ¿cómo hacer que la gente se desplace al cine? No hay una fecha concreta para tener el aforo completo y la decisión de mantenerlo al 50% puede que se alargue más allá del verano. Todo dependerá, como en el resto de industrias, de la evolución de la pandemia.
Los cines calculan que la reducción del aforo supondrá pérdidas mensuales de 43,5 millones de euros. La FECE (Federación de Entidades de Empresarios de Cine de España), que agrupa un 80% de las salas, ya ha alertado que son casi 200 millones de euros los que se han perdido en los últimos tres meses, por lo que reclama, entre otros, como adelantó La Vanguardia a comienzos de mayo, que se adapten los ERTE por fuerza mayor a la limitación de la actividad manteniendo las coberturas extraordinarias establecidas durante el estado de alarma, puesto que en estas condiciones no podrán reincorporar a todos sus trabajadores.
A pesar de que las medidas de confinamiento y el cierre de las salas para combatir la propagación del virus han obligado a los amantes del cine a acceder a la cultura y al entretenimiento a través de las plataformas de streaming, una encuesta realizada por la consultora estratégica Simon Kucher arroja optimismo de cara a la reciente reapertura que están viviendo las salas: el 99% de los consumidores no han perdido el interés por volver al cine por el uso del streaming. También, según este mismo informe, más de la mitad de los clientes fieles al cine estarían dispuestos volver a las salas la misma semana de apertura.
Para Javier Saura, gerente de Marketing de Yelmo Cines, “estos datos refuerzan nuestra opinión de que no hay nada comparable a la experiencia del cine”. La compañía que representa se encuentra inmersa en su propia reinvención “fruto de una situación inédita”, como apunta Saura. “Uno de los aspectos en los que estamos haciendo especial énfasis es en reeducar al cliente en la forma en la que adquiere sus entradas y productos del bar, fomentando la compra online desde la web o la app. Estos nuevos canales de compra se vuelven imprescindibles hoy en día para ofrecer las máximas garantías de seguridad tanto a nuestros clientes, como a nuestros empleados”.
Nada que demostrar, mucho por hacer
Todas las partes consultadas para este reportaje coinciden en que el cine ha demostrado sobradamente durante toda su existencia el potencial que tiene. El sector tiene galones en la industria del entretenimiento, aunque esto no quiere decir que viva de las rentas pese a las buenas cifras del año pasado: los 624,1 millones recaudados en 2019 equivalen al tercer mejor registro de la última década.
“Puede que sí que perdamos terreno con las plataformas streaming. Además cada vez surgen más”, reconoce sin tapujos Ramon Biarnés, de Cinesa. Aunque matiza que existe mercado para todos: “Esos mismos usuarios también querrán volver al cine”. En consonancia con sus palabras, Javier Saura, de Yelmo Cines, está convencido de que por mucho que crezcan las plataformas streaming (cada vez son más y se postulan como un videoclub inagotable) siempre serán complementarias a la experiencia que ofrece el cine y no sustitutivas. “El cine es más que una película: es una experiencia completa, un lugar donde reunirte con tus seres queridos y crear recuerdos”.
Es en esta experiencia de compartir momentos “en las que el cine se tiene que apalancar», afirma Agustín Llorente, Country Manager B.O. Sales & Marketing de Kinepolis. “Durante este verano con las limitaciones en los viajes y la cancelación de los festivales, ir al cine se erige como una de las pocas alternativas de entretenimiento que existen en un entorno seguro, controlable y próximo a casa”.
En paralelo, Llorente sostiene que “el cine tiene que reinventarse e innovar constantemente y encontrar su posición en el mercado. Esto esta dentro del ADN de nuestra empresa. Somos líderes a nivel de innovación tecnológica con la adopción por ejemplo de nuevos sistemas como el 4DX o ScreenX que busca una experiencia mas inmersiva y diferencial no solo con respecto a otras salas sino también respecto a otras alternativas como plataformas de streaming”.
En el terreno de la innovación, Llorente profundiza en que “la trabajamos a nivel de procesos para buscar la excelencia y optimizar los costes que será de suma importancia durante esta nueva fase de normalidad tras un periodo tan largo de cese de actividad”. También en los modelos de negocio. “Por ejemplo con un nuevo concepto de autoservicio en nuestro servicio de bar”, añade.
En esta búsqueda de su propio espacio cultural, el cine aún tiene pendiente encontrar el suyo en el siglo de las nuevas tecnologías, como agrega Josetxo Cerdán. “No debemos olvidar que la narrativa de las plataformas la ha amamantado el cine. Ya se hacían series en los años 10 del siglo pasado”, recuerda. No obstante, el director de la Filmoteca Española considera que el cine “no será el espectáculo popular por antonomasia, ya que ese espacio ya se lo quitó la televisión hace tiempo”.