Ya ha terminado la primera edición del Circular University Challenge de Ecoembes, una iniciativa de educación en la que más de 140 universitarios –procedentes de 11 universidades distintas– han tenido que hacer frente a dos cuestiones propuestas por la organización: ¿Cómo podríamos conseguir que los ciudadanos reciclasen más y mejor? ¿Cómo podemos diseñar un servicio para ayudar a las empresas a mejorar la sostenibilidad de sus envases? El objetivo: impulsar el espíritu innovador y emprendedor en materia de reciclaje y economía circular entre los jóvenes estudiantes.
Básicamente, el Circular University Challenge está preparado para universitarios que, como reza el propio documento de la iniciativa, “sean personas inquietas que quieran generar soluciones, individualmente o en equipo, para retos relacionados con la economía circular”. Así, el proyecto de educación se ha dividido en dos fases: una primera que ha tenido sesiones de formación en el Campus Iberus (con metodología en Design Thinking), asociada siempre a la economía circular y el reciclaje de envases y que ha servido como primera criba. En la segunda parte se han realizado sesiones de mentoring online y presencial con cada uno de los equipos seleccionados para que desarrollaran sus ideas y elaborasen sus prototipos y proyectos.
Por último, todos los finalistas han tenido que presentar su candidatura a través de un vídeo explicando sus ideas para solucionar uno de los dos retos planteados inicialmente. De entre todos los presentados, un jurado formado por representantes de las universidades participantes y miembros de Ecoembes han escogido a los ganadores.
Alberto Madurga Pastor, Jessica Goñi Moneo, Manuel Lorrio Muñoz y Alberto Arguiñano Ongay, de la Universidad Pública de Navarra, han sido los ganadores de esta primera edición. En total, han recibido un premio de 4.000 euros y la posibilidad de participar en el Programa Circular Talent Lab del año que viene. Su proyecto: una modificación del código de barras que llevan todos los productos para poder indicar, por código de colores, a qué contenedor corresponde para su optimo reciclaje.