Clemente Cebrián: “Nos gustaría empezar a alquilar los productos más caros de El Ganso”

El Ganso Cebrián
De izquierda a derecha, Álvaro y Clemente Cebrián.

Los fundadores de la marca de moda española El Ganso, los hermanos Álvaro y Clemente Cebrián (Madrid, 1975 y 1974), no quieren dejarse avasallar por el día a día. No solo quieren vender ropa, quieren marcar tendencia dentro del sector de la moda y el retail. “El Ganso puede hacer cosas realmente atractivas”, asegura en entrevista a Innovaspain Clemente, el mayor. La compañía facturó en 2019 cerca de 67 millones de euros.

En enero de este año y después de 16 años de que abrieran su primera tienda en la calle Fuencarral de Madrid, crearon JAP, Joven de Alto Potencial, un nuevo departamento de innovación dentro de la compañía con el objetivo de inventar nuevas propuestas.

Esta será un área en la que podrán investigar hacia dónde va el retail. “Tenemos que pensar hacia dónde va el sector y cómo puede encajar la marca dentro de este”, destaca Cebrián. Las soluciones que están desarrollando pasan por el alquiler de ropa, la venta de segunda mano, todo dentro de una estrategia de economía circular. 

“Nos gustaría empezar la parte de alquiler con los productos más caros de El Ganso como abrigos y sastrería. Unas zapatillas, a lo mejor no tiene tanto sentido”, explica el mayor de los Cebrián, y precisa que todavía están en fase de pruebas. Otra de las soluciones que han pensado es arreglar la ropa antigua de la gente y devolvérsela como nueva.

El Ganso, más sostenible

Conscientes de que la industria de la moda es la segunda más contaminante en el mundo, El Ganso apostará por la trazabilidad de sus prendas, mediante la incorporación de códigos QR en las prendas que permitirán saber no solo con qué están hechas sino “dónde las hacen, cómo, quién y en qué condiciones laborales trabaja la gente”, detalla Cebrián. Él confía en que el sistema, desarrollado con el apoyo de una fundación, sea lanzado este mismo año.

Respecto a los tejidos, la marca está apostando por el algodón orgánico y los materiales reciclados. “Ya tenemos bastantes productos de estos. De cara al otoño invierno se sacarán más, incluso con una pequeña línea especial”, señala.

El nuevo departamento se enfocará, asimismo, en trabajar un brandbook, una especie de “biblia de la compañía”, que detalle cuáles son los valores de la marca, cuál es su propósito y qué es en sí misma. “En un entorno de cambio constante es importante tenerlo claro”, subraya Cebrián.

Algunos cambios, misma filosofía

El Ganso Cebrián
De izquierda a derecha, Clemente y Álvaro Cebrián.

A lo largo de 2019, los Cebrián se vieron obligados a cerrar varias de sus tiendas en Inglaterra, Alemania e Italia. Cerraron aquellas que no eran rentables, cuando volvieron a comprar la compañía, luego de la salida del fondo de inversión de Louis Vuitton (LVMH). En Londres, tras el referéndum sobre el Brexit, empezaron a notar que bajaban las ventas.

En España, el mercado principal, están creciendo. En Chile y México, la compañía también está aumentando las ventas. En el primero han abierto ya dos tiendas en Santiago de Chile y en el segundo tienen varias en Ciudad de México, Querétaro y Veracruz.

Aunque el canal de venta más importante siguen siendo las tiendas y corners —están presentes en 150 puntos de venta— la parte digital está creciendo mucho. “Este año creo que podremos acabar en torno al 12 % de las ventas”, destaca Cebrián. El año pasado el canal online representó el 8,5% de estas.

Pese a los cambios que está viviendo la empresa, su filosofía sigue siendo la misma: el diseño, la calidad, los detalles y la atención al cliente en tienda. Cebrián busca que los productos que venden (el 80% es para hombres) sea para sus clientes “un estilo de vida”. 

Cuando lanzaron la marca, los hermanos Cebrián buscaban que su negocio fuera como cierto tipo de marcas pero a un precio más asequible. “Nosotros queríamos poder ofrecer, a ese mismo tipo de público o a más gente, una marca con las mismas características”, cuenta. 

El nombre de la tienda refleja lo que los hermanos querían que fuera su negocio. “Mi abuela me decía que Álvaro y yo éramos muy gansos, traviesos”, relata. El ganso les parecía un animal elegante, y así fue como diseñaron una marca que para ellos es divertida y elegante.

Con el tiempo, los Cebrián han aprendido algo fundamental: a no hablar de negocios en las cenas con la familia o los amigos. “Esto es como ser seleccionador de fútbol, todo el mundo sabe y todo el mundo opina. Hemos intentado separar muy bien lo que es empresa de lo que es familia”.

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