Competir con Asia se ha convertido en los últimos años en una pretensión que roza prácticamente la utopía. Más aún cuando el continente engloba el 54 % de la población mundial. En términos económicos, las cifras imponen incluso más: sus países producen un tercio de la riqueza del planeta e invierten el 42 % del gasto global de innovación, además de ser responsables del 40 % de la producción científica del mundo. En una industria como la del calzado, el reto es aún mayor porque como explica Ezequiel Sánchez «apenas ha evolucionado en 200 años».
Sánchez es director del proyecto Eco Challenge, que ha visto en la sostenibilidad la mejor oportunidad para competir con los gigantes asiáticos desde España. En el clúster recién formado por destacadas compañías del sector como Pikolinos, Jeanología, Zahonero, Hilaturas Ferre, Asti o Grupo Soledad, entre otros, están convencidos de que la posibilidad de lograr la globalización inversa en la industria del calzado está cada vez más cerca. O dicho de otro modo: volver a traer a Europa una buena parte de la producción de calzado que hoy en día se fabrica en Asia es posible.
Eco Challenge está liderado por la firma Simplicity Works y prevé, como explica Sánchez, «generar una serie de innovaciones en cascada» en las casi 50 empresas participantes. Se aplicarán a toda la cadena de valor, desde la logística, la distribución o la fabricación automatizada, hasta la gestión inteligente de datos mediante IA e integración retail-fabricación. De hecho, el proyecto nace del concepto generado por Simplicity Works y el propio Ezequiel Sánchez ‘3D Bonding’, una tecnología que permite el ensamblado de las piezas de un producto en un solo paso mediante un sistema de moldes y la inyección de polímeros.
«Ser competitivos pasa irremediablemente por apostar por la innovación tecnológica. Estamos convencidos de que a las multinacionales les va a atraer mucho nuestra propuesta», asegura Sánchez. El resultado de ‘3D Bonding’ podría resumirse en un producto de alta calidad, menos costoso de fabricar y más resistente. «Desde el inicio hemos querido generar para la industria del calzado un clúster similar al de la automoción», explica el director del clúster. «Buscamos la integración y cercanía de la estructura de empresas que darán servicio a la industria y a las principales firmas internacionales del calzado», añade.
El camino es la sostenibilidad
Eco Challenge tiene una importante vertiente basada en la sostenibilidad y la economía circular, ya que más allá del ahorro que supone la apuesta por esta tecnología, la iniciativa cuenta con un partner especializado en la valorización y gestión de residuos: Greene. Esta compañía de Elche se ha sumado al tejido de empresas integradas en el clúster y su objetivo es garantizar un sistema de economía circular y residuo 0, a través de la reutilización anual de 50.000 toneladas de residuos. La tecnología desarrollada por Greene permite eliminar los residuos, que emplea en la generación de varios vectores energéticos, como combustibles renovables y otros productos de alto valor añadido, como plásticos renovables.
El proyecto contempla otra serie de beneficios adicionales en materia de sostenibilidad, que van desde una reducción en la huella de carbono actual para la producción estimada del 50%, a la generación de plantas ecoeficientes que mejorarán la eficiencia energética en los procesos de fabricación. «Además de ser referentes en el mundo del calzado nos hemos propuesto también servir de espejo a otros sectores. Estamos convencidos de que muchas empresas de otras industrias en donde la tecnología y la sostenibilidad aún siguen siendo retos grandes podrían inspirarse en Eco Challenge», valora Ezquiél Sánchez.
El proyecto en cifras
- La Fábrica Laboratorio, que arrancará este año, supondrá una inversión de 2,5 millones de euros, dará empleo a alrededor de un centenar de profesionales y permitirá la producción de alrededor de 600.000 pares de zapatos al año.
- El objetivo es lograr, en un horizonte de entre dos y tres años, crear un centro industrial para el clúster del calzado, que generará en torno a 1.000 empleos y permitirá la fabricación anual de 3,6 millones de pares de zapatos.
- El modelo espera consolidarse en 2026, con la plena integración de todos los procesos en el mismo punto neurálgico, lo que se traducirá en 8.000 puestos de trabajo, entre empleos directos e indirectos, y la capacidad para generar 24 millones de pares de zapatos al año.
- La apuesta por la economía circular del proyecto permitirá la reutilización de 50.000 toneladas de desechos de la industrial al año, una vez consolidado el modelo Eco Challenge.
- La nueva tecnología supondrá un ahorro de costes en fabricación de en torno a un 30% por cada par de zapatos fabricados en España.