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Cómo el IoT puede cambiar el concepto de un gallinero… y el de la España Vaciada

Voluta es una startup recién nacida que tiene por objetivo conectar medio rural y urbano para luchar contra la despoblación rural, la brecha digital y la desconexión con la naturaleza
Gallinero Rurban Voluta
El Gallinero Rurban es un proyecto de la startup Voluta para combatir los problemas de la España Vaciada.

No era nada descabellado. Lo que faltaba era hacerlo. Los gallineros pueden ser el punto de partida de la solución para la España Vaciada. Voluta, una startup nacida hace siete meses, aporta otra dimensión a estas pequeñas construcciones del mundo rural gracias al Internet of Things (IoT, por sus siglas en inglés. Internet de las cosas en español).

De entre las razones sociales que mueven a sus fundadores, desde Voluta se destaca la educativa. El bautizado como Gallinero Rurban, y la gallina autóctona en peligro de extinción como uno de los tótems del mundo rural, “se pueden vincular a nivel curricular y extracurricular con muchos contenidos”, señala Áxel Pena López, su director comercial.

Desde ese punto de vista, que la gallina sea un fertilizante, herbicida e insecticida natural, se alimente de restos de comida y a cambio dé huevos es una forma de alimentación circular. Ayuda a luchar contra el desperdicio alimentario y cierra “varios círculos biológicos”, continúa.

Este es uno de los ejemplos más llamativos de Voluta. La cooperativa ya impulsa formaciones, talleres y experiencias dentro de proyectos de dinamización territorial y de innovación educativa. Como asegura Pena, el objeto social de la startup es conectar “medio rural y urbano” para luchar contra la despoblación rural, la brecha digital y la desconexión con la naturaleza.

Una idea que recibió el empujón definitivo a raíz de la pandemia de la Covid-19. El teletrabajo que realizaban tanto Pena como su socio, Javier Albalate, director de operaciones de Voluta, fue la “catarsis”. “Estábamos descontentos con el ‘business as usual”, reconoce.

De esa incomodidad comenzó una nueva etapa para Pena. “Estuve viviendo en un pueblo de menos de 400 habitantes durante 3 meses trabajando como apicultor a tiempo parcial”. Esa experiencia duró apenas unos meses, pero sembró una semilla que germina aún hoy. “Quiero volver. Y me atrae mucho el nomadismo rural, los colivings rurales”.

La segunda vida de las gallinas amenazadas se llama OpenKIoT

La tecnología IoT permite, en palabras de Pena, hacer de la convivencia con gallinas un punto de encuentro comunitario. Desde un grupo de la app Telegram se puede gestionar el gallinero. Ahí se unen todos los miembros de la comunidad que participen en la gestión de esta caseta inteligente.

La comunidad obtiene así una información completa del Gallinero Rurban: desde el nivel de comida y bebida de los depósitos a la interacción que pueden tener los usuarios con el dispositivo. Si la cantidad de pienso o agua baja del 10%, llega una alerta a la comunidad. Si alguien se deja abierta la cubierta del cajón, llega otro aviso. En cualquier caso, al quedarse el gallinero al descubierto, el sistema pregunta cuántos huevos se han recogido “para llevar la contabilidad”.  

El Gallinero Rurban de Voluta incorpora tecnología IoT.

Todo este sistema de gestión se llama OpenKIoT. Este ahorra en tareas rutinarias como la de abrir y cerrar la puerta de acceso de las gallinas. Y tiene dos vías: la automática con apertura y cierre programados, o la manual en remoto, enviando comandos desde Telegram.

Por otra parte, “aumenta el bienestar animal de las gallinas”. Durante el día pueden estar libres y por la noche, cuando ellas vuelven para descansar, quedan protegidas de depredadores nocturnos. Lo que, a su vez, redunda en la protección de algunas razas de gallina en peligro de extinción.

Manifiesto #EcoSocialTech, el alma de Voluta

Para que quede claro que no son solo una empresa, su director comercial se remite en varias ocasiones al Manifiesto #EcoSocialTech que acompaña a la startup desde sus comienzos. En él queda plasmada la filosofía de Voluta.

Grosso modo, este ingeniero de profesión deja claro a Innovaspain que la tecnología “no es la protagonista”. Es un medio para “hacer más atractivo” el contacto con la naturaleza y la lucha contra la despoblación rural. En este sentido añade que no han creado la startup para “vender dispositivos electrónicos”, sino para que la gente aprenda a desarrollarlos y utilizarlos en su entorno.

“Gracias a la tecnología puedan modernizar precisamente esos sectores tradicionales y que no tengan que venir empresas de fuera a hacerlo. Que la riqueza se quede en el territorio y que el medio rural sea más atractivo para quedarse a trabajar. Porque, además, con el auge del teletrabajo es muy factible”, argumenta Pena.

Aún con el reciente nacimiento oficial en 2021, ya tienen planes a medio plazo. Uno bien claro es demostrar que las STEM y el propósito socioambiental “no son incompatibles”. Desde el punto de vista de sus fundadores, la empresa aspira a ser un “agente de cambio” y una “referencia” en la formación para combatir los principales retos que enfrenta la España Vaciada.

Entretanto, ya han colaborado en dos talleres en centros educativos; han vendido varios Gallineros Rurban a particulares—en cuyo proceso de fabricación participan personas en riesgo de exclusión social en Centros Especiales de Empleo—; una ONGD les ha propuesto llevar su idea a Hispanoamérica, y más. La Institución Educativa SEK comenzará un proyecto piloto con la startup, tanto en la Universidad Camilo José Cela como en el Colegio SEK-El Castillo, adelantan desde la institución. Pero todos los esfuerzos de Pena y Albalate están ahora mismo en el Hackathon Rural que tendrá lugar este marzo.

Cartel de la primera edición del Hackatón Rural organizado por Voluta.

Un Hackatón rural sin parangón

La dinámica de los hackatones ha demostrado buenos resultados en repetidas ocasiones. Pero llevarlo al mundo rural es un reto y una concepción pionera de estas competiciones. Voluta impulsa la primera edición del Hackathon Rural que tendrá lugar en el municipio de Montanejos (Castellón) los días 11, 12 y 13 de marzo.

Pena se aventura a situar este como el primero “dirigido a jóvenes” que se celebra en España… y quizá en el mundo. Por eso, el reto se dirige a chavales de entre 15 y 22 años que quieran abrir “nuevas oportunidades” en el medio rural. El periodo de inscripciones sigue abierto.

Por el momento, a este hackaton ya se han sumado más de 12 colaboradores, empresas y asociaciones. Los proyectos que se presenten estarán mentorizados por quince expertos en cada ámbito y, al final de este, habrá una entrega de premios para “las mejores soluciones”.

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