Más de seis millones de personas se encuentran en la inseguridad alimentaria. De ahí que esta semana, Acción contra el Hambre en España presentara en el evento ‘El Hambre Invisible’, además de herramientas para paliar esta problemática, instrumentos para medir y predecir el hambre en España.
Pablo Soriano, responsable de proyectos de Acción Social en Acción contra el Hambre, fue el encargado de presentar esta iniciativa. “Queda clara la necesidad de medir. Y también visibilizar un problema que en este país sabíamos que existía, como el acceso a la alimentación. Sin embargo, no teníamos la manera de medirlo o poder demostrar el impacto que tenía ese problema. Con lo cual, desde el principio nos propusimos ver de qué manera podíamos idear un sistema, sabiendo que había grandes dificultades porque no existían datos o el nivel de datos que necesitábamos para poder demostrarlo”, declaró.
En definitiva, son sistemas de alerta temprana, que han ido perfeccionándose a lo largo del tiempo. Fundamentalmente, tienen esa lógica de adelantarse a los problemas, a las emergencias, y trabajan a nivel de identificación de variables estructurales de los países donde actúan, las variables coyunturales y las variables que denominan de catástrofe.
“Todo ello determina un índice de riesgo, un índice que nos lleva a actuar, a movernos, a identificar esos problemas, poner recursos. Eso queríamos hacerlo en España y, por ejemplo, la Dirección General de Innovación y la Comunidad Madrid ha apostado por esta idea”, indicó.
Mezcla de variables
Para predecir y medir el hambre se necesitan datos, el gran problema que tienen este tipo de herramientas. Pero también variables: primero, socioeconómicas; segundo, de consumo y tercero, la escala FIES de la FAO.
“El reto importante es unir las tres variables. Hasta ahora la seguridad alimentaria en España se ha medido con grandes datos. España tiene seis millones de personas que sufren inseguridad alimentaria, pero no sabemos dónde están ubicadas. Nosotros queremos localizarlas en el territorio porque sabemos, y esto es una de las premisas de esta investigación, que el código postal, en definitiva, influye muchísimo en la vulnerabilidad tanto social, económica y alimentaria”, afirmó Soriano.
“Queremos mezclar las variables socioeconómicas a nivel país”, resumió. Hay muchos retos de acuerdo a cada uno de estos tres grupos. Además, intentan definir en ese patrón de datos toda esa información llevada, “esa mínima unidad que nos va a permitir visualizar dónde está el problema realmente o dónde están aquellos focos del problema”, señaló el experto. Asimismo, la información va a estar georreferenciada, es decir, “vamos a poder ver un mapa de España con cada capa de información que vamos a ir generando”.
Por eso también es importante la calidad del dato, que para ellos es “básica”, porque no se puede construir un modelo sobre el hambre en el que los datos no tengan fiabilidad. ¿El resultado? “Nos hemos puesto a ello, y la verdad, es harina de otro costal, es realmente complejo. Tampoco quiero adelantar mucho más… Pero al final también es verdad que esa definición de vulnerabilidad tenemos que corresponderla con datos, no con impresiones”, alegó.