El consumidor español, con deseos y necesidades diferentes a los de otros ciudadanos de la UE, es un rompecabezas para la mayoría de empresas que se dedican al comercio electrónico.
Por eso, es necesario indagar en su comportamiento en Internet para tratar de revelar patrones de comportamiento significativos, sobre los que poder idear estrategias de marketing que mejoren la experiencia del cliente y lleven a un mejor número de compras.
Para ayudarte a empezar a desenredar este misterio, hoy te desvelamos algunos de los matices del comportamiento del consumidor online español.
España y el comercio electrónico
En los últimos años, España ha experimentado un gran aumento de la actividad del comercio electrónico, ya que cada vez más consumidores optan por adquirir bienes a través de plataformas digitales. Es rápido, cómodo y está disponible en los mercados digitales, lo que ha provocado el cambio.
Sin embargo, esta adopción no ha sido tan fuerte como en otras jurisdicciones. La cultura española está profundamente arraigada en las tradiciones familiares y las interacciones sociales, que tienen un notable impacto en cómo funcionan las compras online entre la población local. Por ejemplo, a la hora de adquirir un producto, es más probable que los compradores españoles pidan opiniones y consejos a amigos o familiares; y son muchos los que todavía confían más en su tienda de barrio que en un ecommerce.
Es por eso por lo que los comercios online españoles tienen que optimizar al máximo su proceso de venta, utilizando herramientas de heatmap, aplicando principios de persuasión siempre que sea posible, y en definitiva ofreciendo una experiencia impecable si quieren tener éxito en nuestro mercado.
La seguridad y la confianza, entre las mayores prioridades
Y es que cuando se trata de transacciones online, los consumidores españoles siguen valorando la seguridad y la confianza por encima de todo. Del mismo modo, el aumento de las amenazas a la ciberseguridad hace que cada vez más personas sepan cómo hacer pedidos por Internet.
De estas perspectivas opuestas se desprende que los consumidores españoles son más conscientes de su huella digital y, por tanto, recelosos a la hora de facilitar demasiada información personal o financiera ante el riesgo de que caiga en manos de quienes quieran utilizarla con fines desagradables.
Esto puede verse en el comportamiento de los usuarios cuando se usa una herramienta como Contentsquare. Así, los españoles son más propensos a dejar un carrito abandonado o a directamente salir de una web si ven algo que no les cuadra demasiado, al contrario de lo que ocurre en otros países donde los ciberataques no están tan a la orden del día.
Por eso, para ganarse la confianza de los españoles, las empresas deben tener sitios web seguros y claridad sobre cómo se utilizan los datos. Hay varias formas de demostrarlo, por ejemplo utilizando certificaciones de seguridad u ofreciendo múltiples opciones de pago y un excelente servicio de atención al cliente. Además, la transparencia en las políticas de privacidad y protección de datos ayuda a relajar a los consumidores españoles y contribuye a que repitan.
Tomar medidas preventivas para satisfacer estas objeciones puede ayudar a crear una reputación de fiabilidad y confianza, que es vital para establecer relaciones con los consumidores españoles.