Conrado Briceño cumple un mes en el cargo como Consejero Delegado (CEO) de IMF Institución Académica. Fue el pasado 15 de febrero cuando se conoció su nombramiento, que fue acompañado del también nuevo Chief Financial Officer (CFO), Alejandro Rodríguez-Carmona.
Briceño comparte con Innovaspain los planes que tiene para impulsar a IMF a nivel internacional. “En una primera etapa, nos vamos a enfocar por razones naturales al mercado latinoamericano. Tenemos muchas similitudes culturales, de idioma, e incluso en términos de reconocimiento, de lo que es la educación española para Latinoamérica. En ese sentido, ya tenemos actualmente un 35% de nuestros más de 12.000 alumnos vienen de Latinoamérica”.
Eso en el corto plazo. Pero a medio plazo, la intención de Briceño es abordar la región mediterránea. Indica que “a partir del tercer año” comenzarán el desarrollo de la oferta académica en idioma distinto al español. “Queremos entrar en Europa del este, Turquía, Marruecos, Chipre, Grecia… Y tener cobertura importante en toda esta zona”, continúa.
Para facilitar la llegada a nuevos mercados, el sistema de alianzas de IMF con otras instituciones jugará un rol decisivo. Como modelo de negocio que “tiene que evolucionar”, explica Briceño, la escuela de negocios cambiará su planteamiento.
“Ahora nos basamos en alianzas y en aproximación disruptiva en mercados locales. Esto, a veces, puede generar una cierta reacción incómoda de los operadores locales. Por eso nosotros estamos entrando de la mano de players locales, de una red de alianzas, en las cuales nosotros complementamos modelos locales con toda la potencia del online, de la innovación o la tecnología entre otros. Y a través del acceso a expertos en temáticas en las cuales Latinoamérica puede ir más atrás. Nosotros hacemos toda esa inyección de know how para potenciar los modelos de negocio locales”.
Profesionalizar y especializar, claves de la escuela
Con más de 20 años de trayectoria, IMF es un grupo educativo que surge en el entorno digital. Lo hizo, rememora Briceño, “en una época en la que nadie apostaba por el modelo online, lo que da una impronta particular al proyecto”. Una apuesta que se asienta en varias aristas que el CEO se encarga de detallar.
La educación que denomina “profesionalizante”. Es decir, la orientada a profesionales en activo que buscan la especialización y la progresión en sus carreras. Briceño adelanta que este punto “va a seguir siendo parte del core (núcleo) de IMF hacia el futuro”.
La internacionalización, más allá de las alianzas con partners (colaboradores) de distintos mercados, irá acompañada de una vertiente oficial. “La educación bajo el entorno de Bolonia y bajo el Espacio Europeo de Educación Superior está muy bien reconocida especialmente en entornos como el latinoamericano. Nosotros entendemos que tener más presencia en ese ámbito es una forma de entrar en esos mercados con una oferta muy pertinente”.
En cuanto a la formación profesional, el CEO de IMF tiene claro que se tiene que desarrollar como un itinerario. “Crearlos para que los estudiantes vayan añadiendo formación de distintos niveles con tal que puedan alcanzar el nivel que mejor encaje con ellos profesionalmente”, razona Briceño.
La institución ya está asentada, recuerda, en ámbitos específicos como ciberseguridad o negocios. Pero el CEO apuesta además por hacerse un hueco para entrar “fuertemente” en el ámbito sanitario.
La apuesta de IMF por las habilidades ‘soft’
El perfil de estudiante de la escuela es una persona de más de 30 años y equitativa en cuanto a género. El motivo por el que se matriculan en IMF es la “especialización”, apunta Briceño. Pero más allá de crear un programa diseñado por expertos, incide en la importancia de desarrollar sus habilidades más soft (blandas).
“Que a mi parecer no tienen nada de soft. Al final determinan la capacidad de éxito de alguien que está en activo. Desde la capacidad de comunicarse de manera ejecutiva; la capacidad de colaborar de manera efectiva; de poder conectar con las cosas, de generar actitud; la capacidad de adaptarse. Es un proceso muy natural, y diría que hoy por hoy los profesionales se enfocan en base a proyectos. Y menos con un trabajo para toda la vida. Esos cambios de paradigma son muy importantes”, argumenta.
Menos alianzas pero de más calidad para impulsar a IMF
Briceño cree que es el momento de la escuela de negocios para concentrar su actividad con menos partners. “Lo que queremos de ahora en adelante es reducir ese número de alianzas pero con una idea clara: invertir a largo plazo en el desarrollo de una alianza”. Explica que la institución ha tenido una multiplicidad de partners académicos como empresariales. De un modelo basado en la oferta formativa, el CEO quiere que IMF pase a una construcción de relaciones donde, además de la formación, haya desarrollo de proyectos o de investigaciones. Incluso, plantea, la necesidad de desarrollar becas de excelencia.
“Esto se va a ver en los próximos 12 meses en IMF”, avisa. “Lo que me gustaría es tener un par de buenos socios académicos, universidades en España con los que podamos concentrar la actividad. Quizá con algún matiz en el tema de la tecnología que sea más conocida o tenga un perfil más tecnológico. Y el resto con una institución que nos dé la cobertura para que puedan crecer el resto de los ámbitos”. Un modelo que se puede aplicar de la misma manera a “mercados internacionales”.
El papel de IMF en la sociedad
Como institución académica, Briceño quiere que la escuela de negocios sume peso en su papel en la sociedad. Con un compromiso “muy fuerte” con la empleabilidad, el CEO da detalles sobre otras de las intenciones que tiene para IMF. Desde la promoción de modelos digitales a facilitar el acceso a nuevas tecnologías a sectores de la población más desfavorecidos.
“En España, existe una población de ocho millones de personas que están en condiciones de entrar en la denominación de long life learner (estudiantes de larga vida). Queremos reconvertir esa fuerza laboral para no quedarnos atrás en productividad. No solo tiene una cara social sino que tiene una cara de competitividad internacional, a la cual nosotros tenemos que hacer una contribución decisiva”, sentencia Briceño.