Concluye la Conferencia del Clima (#COP25Madrid) con el pesimismo lógico que producen las diferencias que no permiten cerrar un acuerdo claro y contundente para embarcarse en una lucha mundial contra el cambio climático o, lo que es lo mismo, contra la degradación del planeta por la actividad humana. Los temas complejos lo son por las dificultades pero no debería suceder en aquellos en los que no hay alternativas.
Si el objetivo de todos era articular una acción global, lo lógico es que se hubiera llegado a ese clímax necesario para cerrar un acuerdo claro y nítido sobre voluntades y acciones a seguir. Esto no admite retrasos y los pagaremos caros. Me encuentro que en Tenerife, el Diario de Avisos, periódico de referencia de la isla, abre su edición con una portada sobre cómo afecta a las islas la aparición de grandes tormentas en la zona con efectos devastadores en algunos casos; tema oportuno por el tiempo de hoy en estas latitudes.
El interés de una Cumbre tan especial que hemos vivido estaba en su cierre y colofón. Demasiadas ambigüedades dejan al mundo entero con una cierta desesperación al ver como los políticos optan por caminos de perdición en vez de llegar a conclusiones sencillas, claras y ejecutivas en temas que son para pocas bromas.
Aun así, hay que decir que para todos los hemos querido seguir este tema con una cierta atención, la cumbre ha sido un éxito por la cantidad de información que se ha puesto encima de la mesa y esa visibilidad es lo mejor que nos podía ocurrir: ha logrado que, de forma generalizada, una gran mayoría de personas hayamos tenido la oportunidad de hacernos una idea más clara del esfuerzo que hacen muchos para paliar el efecto negativo de muchas de las acciones que hacemos todos los días.
Además de las investigaciones que se desarrollan en diferentes universidades, institutos, y otras instituciones, empresas incluidas, la preocupación y la atención está en la calle y eso es bueno. De ahí que Time le haya dedicado su portada a la niña Greta por ser elegida como “Personaje del año”. Aunque a muchos nos parezca un exceso precisamente por no dedicar una portada a una de esas de esas personas que, durante buena parte de su vida, la han dedicado a alguna de las cuestiones relevantes que han hecho reducir la degradación ambiental en alguna medida, el efecto Greta ha estado bien.
La comunicación tiene estos efectos y ahora yo mismo estoy comentando que, independientemente del resultado, el efecto de la Cumbre ha sido positivo porque ha servido para que muchos cientos de millones de personas hablemos de los efectos que tiene tirar una colilla de cigarro al suelo y tantas cosas más. Veamos la parte positiva del efecto de un personaje considerado irrelevante si la juzgamos por toda una serie de cuestiones serias.
Acostumbrados a contar desde hace ocho años historias que antes nadie contaba o sacar a la luz nombres que eran desconocidos al gran público sabemos de la dificultad de “vender” la hazañas de gente brillante que dedican su vida a trabajar por el bien común. Bienvenida sea la posibilidad de que con esta Cumbre hayamos sacado a relucir nuevos nombres, nuevas actitudes, nuevas investigaciones que al final será lo que nos arregle el futuro, si es que tiene solución.