La Fundación Cotec para la Innovación ha presentado en el Congreso de los Diputados algunas de sus propuestas para mejorar el sistema educativo español del futuro. La Subcomisión de Cotec, creada el pasado febrero, ha sido la encargada de llevar estas iniciativas, además de escuchar y recoger las opiniones de los diferentes expertos en la materia para, más tarde, elaborar un informe que aúne todas las conclusiones. Todo ello con el objetivo de realizar un estudio que sirva de base para redactar “un Proyecto de Ley Básica de Educación que sustituya a la actual LOMCE y que aspire a convertirse en un gran Pacto de Estado Social y Político por la Educación”, apuntan.
“Para entender si tenemos un sistema educativo innovador, podemos comenzar preguntándonos si somos un país innovador”, se ha planteado Ainara Zubillaga, directora de Educación y Formación de Cotec y responsable de su Subcomisión, en la intervención en el Congreso, realizada el pasado lunes. Su impresión es que la mejor respuesta sería “depende”.
Aunque, por otro lado, si la pregunta fuera si se mira a España como conjunto, la respuesta podría ser que no, como ha destacado ella misma. Según Zubillaga, España se sitúa en el puesto 19 del ranking que elabora la Comisión Europea para los 28 países de la Unión Europea, y en la posición 28 del ranking mundial que publica la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual para 128 países. “Son una pobre clasificación para un país que es la decimocuarta potencia económica y la décima potencia científica del mundo”.
La propia Zubillaga, en su intervención, ha declarado que en España existe una tendencia a “sobrecargar” los currículos, a intentar arreglar los problemas de rendimiento incrementando los contenidos, “pero esto es una idea errónea y la realidad ha demostrado que produce el efecto contrario”. Y es que, para la Fundación, es “esencial” formar a personas “creativas e innovadoras, preparadas para el cambio y abiertas a procesos de aprendizaje permanente” que permitan esa apuesta soñada por la innovación educativa.
Una innovación educativa en la que no puede caber una articulación homogénea. “Esta uniformización no está dando respuestas a la diversidad de las situaciones educativas y sociales existentes en la actualidad”, ha asegurado la responsable de la Subcomisión. Su propuesta: dotar a los centros educativos de la autonomía necesaria para probar nuevas soluciones y ofrecerles el apoyo de la Administración, “de manera que se fomente el aprendizaje de los errores en lugar de penalizarlos”.