La Fundación Cotec para la Innovación ha presentado junto a Indra un informe en el que han analizado la oferta educativa y la demanda empresarial en España en el mundo del Internet de las Cosas (IoT). Puesto en marcha el año pasado con el objetivo de vislumbrar la necesidad de formación y capacidades para el completo aprovechamiento del IoT, la conclusión principal tras tantos meses de trabajo ha sido clara: la oferta formativa actual del sistema educativo nacional es insuficiente para cubrir las demandas profesionales en el ámbito del Internet de las Cosas.
Es cierto que se espera un crecimiento exponencial en los próximos años en este ámbito –asimismo, se prevé que en 2020 habrá más de 20.000 millones de dispositivos inteligentes conectados con un impacto económico mundial de 2.900 millones de euros–, pero las empresas consideran el IoT un elemento clave para el desarrollo de la transformación digital. ¿El problema? Que el 61% de las compañías encuestadas en este trabajo también entienden que las compañías que tarden en integrar IoT no serán competitivas. Y el tiempo, en España, juega en contra.
El estudio –coordinado por el responsable de Indraventures, David Pascual, y por el director de Estrategia e Innovación de Indra, Manuel Ausaverri– indica que los perfiles prioritarios y más demandados por las empresas son los relacionados con la recopilación y análisis de datos e información, la protección de sistemas de información, el ámbito legal y el desarrollo de modelos de negocio. Sin embargo, “la oferta educativa española en IoT no se corresponde con el aumento de demanda de este tipo de perfiles” ya que, según el informe, “en 2016, España no contaba con ninguna oferta específica de grado en este entorno y la oferta de programas específicos es escasa”.
Aun así, la escasez de oferta educativa también se aprecia a nivel internacional. El grupo de trabajo ha detectado que el sistema universitario europeo presenta las mismas carencias que el español, y que solo cinco países de la Unión Europea disponen de grados específicos: dos grados en Reino Unido, Irlanda y Alemania, y un grado en Francia y Finlandia.
De todos modos, el informe presenta una serie de recomendaciones para implantar nuevos programas y contenidos en el sistema educativo nacional que “ayuden a cerrar esta brecha”: nuevos módulos de formación profesional en IoT, programas de grado y posgrado universitario específicos para perfiles técnicos y de negocio, formación inCompany flexible y adaptada a las necesidades reales de las empresas o la creación de entornos no reglados para compartir conocimiento y experiencias –Fab Labs, demostradores de IoT, etcétera–.